CONTENIDO LITERAL

("Zonceras", editorial de Daniel M. A. Croci. Derechos de autor 1983, Daniel M. A. Croci)

Una de nuestras grandes tonterías nacionales, o "zonceras criollas" como decía Jauretche, es seguir comprando cuentas de vidrio siempre que las vendan agentes de países poderosos.
En el campo de la cultura esta actitud se manifiesta mediante la aceptación ciega de todo lo que venga aprobado por los centros de poder mundial. Y en el circunscrito ámbito de la fantasía y ficción-científica se manifiesta mediante la publicación aclamatoria de cuanto bodrio anglosajón venga con el rótulo de "última moda", "mejor vendido" o festejado por sesudos críticos de allá. Últimamente pasa esto con la denominada "ficción-especulativa".
La tal ficción-especulativa sería algo así como un sub-sub-género fantástico, de origen netamente inglés; precisamente construido desde la llamada "nueva ola" inglesa de los años sesenta. 0 sea surgida en la época en que el viejo imperio británico se disgregaba rápidamente merced a la progresiva y constante independencia de sus colonias, y cuando ya era irreversible el predominio estadounidense sobre su vieja madre patria y todo el mundo occidental. Es lógico pensar que en tal marco externo decadente, los británicos se volcaran hacia el "mundo interior", hacia las ilusorias profundidades de la subjetividad, desdeñando -al menos la corriente principal de escritores- las ya imposibles esperanzas de conquistar el espacio exterior y las cada vez más lejanas fronteras de una ciencia también decadente además de superespecializada en cuestiones técnico-prácticas. Necesitaban un teórico que justificase ese estado de ánimo y apareció Ballard, con su engañosa y regresiva tesis de los "espacios interiores" (intrasubjetivos), proclamando la vuelta al perimido surrealismo de los años veinte y treinta; necesitaban un editor y apareció Moorcock con su "New Worlds"; necesitaban seguidores e instrumentadores y apareció una pléyade de escritores siguiendo a los mencionados Ballard y Moorcock. Dado el "síndrome de Vietnam", los otrora optimistas yankis también se contagiaron (luego reaccionarían, pero ese ya es otro cuento).
Sobre este fenómeno histórico-cultural del mundo anglosajón hay varias cosas para puntualizar en lo que nos atañe a los latinoamericanos. En primer lugar hay que precisar que la exploración literaria de los denominados "espacios interiores" de la mente humana, no es ni puede ser un género literario con rasgos propios: es tan sólo una temática de la literatura fantástica o de la ficción-científica, según las bases (meramente imaginativas o hipótesis de la ciencia psicológica) sobre las que construya su relato el autor. De manera que dedicar una revista a tal temática en un mercado, como el nuestro, yermo de revistas comerciales, es tan zonzo como si se la dedicara exclusivamente a los viajes por el tiempo o exclusivamente a la exploración del sistema solar, por ejemplo. En segundo lugar en concepto subyacente de inconsciente con el que se manejan los autores de la "new wave" anglosajonas está superado en el plano científico, pues se basa en tesis ya abandonadas -o quizás siempre malinterpretadas- de Freud, Jung y Adler, ignorando la crítica y replanteo de Lacan y los coincidentes aportes de las últimas corrientes de la psicología rusa. En tercer lugar hay que tener en cuenta que mientras la exploración del espacio exterior, los mundos paralelos, los futuros posibles, las ucronías, etc. no tienen límites determinables a priori, la exploración del espacio interior puede ser extensa pero está férreamente limitada: Se puede descender al rico (más por lo que oculta y sugiere que por lo que comunica) nivel onírico, luego a las pulsiones básicas ligadas a nuestra constitución animal, y si seguimos nos encontramos con la inconsciencia de nuestra estructura físico-química, el sistema nervioso autónomo, y se acabó. En el espacio exterior siempre puede existir un más allá novedoso, en el espacio interior sólo ahondamos hasta donde llegan nuestras mentes concientes en busca de sus orígenes individuales (como Hal, el computador loco de "2001", al ser desmontado), luego viene el misticismo o la nada. Quizás ambos espacios estén ligados de alguna manera, como postulan algunos místicos y visionarios, y sin duda se pueden construir bellísimas narraciones sobre estas hipótesis metafísicas, pero no es el caso que nos ocupa ni es la "cosa" que nos concierne. Pues, y en último aunque más importante lugar: ¿Qué cornos tenemos que hacer nosotros, latinoamericanos, con los espacios interiores? ¡Si ya son nuestros! La represión externa es lo único que nos ha dejado libre. Nosotros estamos adentro: Nuestra meta, nuestro horizonte es salir, pues nuestro espacio exterior será el futuro de la humanidad. Cuando ellos decaigan del todo, llegará nuestro turn y la historia del mundo será la que sepamos hacer. Volcarnos hacia adentro, autorreprimirnos en nuestras ya de por sí reprimidas subjetividades, es hacerle, el juego al poder colonial. Renegar de lo definido, desdeñar pulir nuestra claridad de conciencia para hundirnos en la inconciencia, es lo que ellos quieren que hagamos para comermos mejor.
Por todo esto no podemos disculpar a esos medios que en plena guerra de Las Malvinas publicaban material inglés o norteamericano, desdeñando obras nacionales (que tenían disponibles), quizás inferiores en calidad pero indudablemente sin el sello aprobatorio del "Foreign Office". Habrá quien diga que esta crítica está politizada o que deviene de una postura ideológica: Pero cualquiera que haya estudiado un poco de ciencia política sabe que la despolitización es una forma de conservadurismo, o sea que es una politización autocontradictoria. Y quien sostenga que esto es puro "verso" es de temer que viva en el verso, sin haber sacado la cabeza a la realidad que nos tocó vivir en estos últimos años.
Lo dicho no significa que Nuevomundo reniegue del relato subjetivo o experimental o poético, que puede ser ideal para transmitir determinados mensajes, sino que reniega del exclusivismo que en ese sentido nos pretenden imponer desde afuera. Además, como lo habrán advertido, este editorial es una piedra de papel lanzada para generar una polémica. Nuestras páginas estarán disponibles para quienes quieran recogerla y replicar.