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CONTENIDO LITERAL
("Mirada de las furias [la]", comentario de Eugenio Sánchez Arrate. Derechos de autor 1997, Eugenio Sánchez Arrate)
Novela corta alargada hasta la distancia apropiada es esta Mirada de las furias: un space opera aventurero con la pretensión de entretener y algún que otro toque filosófico para tratar de dar algo de empaque a la trama. Éremos, un clon cargado de implantes, ejerce como agente secreto para una gran corporación del mundo futuro. Los tritones poseen el secreto para viajar más rápido que la luz y mantienen a los humanos aislados del resto de las especies del universo, situación que desagrada a la empresa de nuestro héroe. Una nave tritónida se estrella en el planeta prisión Radamantis y todas las corporaciones se aprestan a intentar apoderarse de ella para obtener el secreto de la impulsión hiperlumínica. Éremos es destinado al mundo cárcel y se verá inmerso en una lucha por conseguir este secreto, un combate que lentamente irá haciendo de él un ser más humano y respetable.
La mirada de las furias es uno de los libros más intranscendentes y eficaces de Javier Negrete. Cargado de alguna referencia a Jack Vance, y de los tics propios de su autor, diálogos hipercoloquiales, el amor como trasfondo, la fascinación por lo femenino en una extraña relación atracción-miedo-desconocimiento, el héroe superpoderoso como proyección del yo, aventuras y cierto humor, componen un libro que se revela como un divertido método contra el tedio y el aburrimiento al que se nos suele tener condenados a los lectores de Ciencia Ficción.
Excelente modo de competir con los autores extranjeros y excelente forma de continuar una carrera que promete grandísimos éxitos en el futuro.
Javier Negrete, como siempre, se olvida de aburrir al lector con apalizantes párrafos y lo consigue. La mirada de las furias da la talla como texto de aventuras y reivindica la diversión como fin último de cierta clase de literatura, no por ligera menos digna de respeto que la convencional, a menudo mucho más pesada y peor escrita.
Gracias por pensar en el lector, Javier. Gracias por pensar en nosotros.
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