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CONTENIDO LITERAL
("Enfrentamiento [el]", comentario de Armando Boix. Derechos de autor 1997, Armando Boix)
Existe un mito según el cual un escritor no adquiere madurez hasta acometer la labor de escribir una novela. Tal parecer debería quedar rebatido con una simple mirada a la obra de autores tan excelentes como Jorge Luis Borges, al que siempre le bastó el relato como vehículo para sus historias; no obstante, la primera novela de cualquier escritor de obra breve conocida continúa despertando expectación, por más que, en el caso de Planells, la novela ahora publicada haga bastantes años que fue escrita y posea otras novelas inéditas guardadas en sus cajones.
El enfrentamiento sitúa su acción en Barcelona... o más bien en varias Barcelonas pertenecientes a diferentes mundos paralelos. En uno jamás ocurrieron las guerras mundiales y la tecnología ha alcanzado un desarrollo muy superior al aquí conocido; en otro los nazis dominan medio mundo sin oposición tras una serie de guerras relámpagos; en un tercero una ley internacional prohibe la creación y publicación de nuevas obras literarias (sí, casi como en Fahrenheit 451).
Son estos dos últimos mundos los que la novela nos retrata con más detalle. Docenas de relatos y novelas se han centrado en una hipotética victoria nazi, desde los clásicos de Kornbluth, Sarban y Dick a Patria, de Robert Harris -a modo de muestra, el lector curioso puede acudir también a la antología de Benford y Greenberg, Hitler victorioso-. En El enfrentamiento la frivolidad con la que algunos resistentes hablan de sus actividades contra los nazis nos recuerda a los progres de los 70 y sus carreras ante los grises, pareciendo una simple transposición del clima de los últimos años del franquismo. Por otra parte, el cuadro que el autor pinta de la Barcelona ocupada no puede ser más discutible. ¿Es verosímil que, 30 años después de la victoria alemana, haya todavía tanques vigilando la Plaza Catalunya? ¿No es extraño que se nos muestre a tantos alemanes en puestos de poder en la ciudad, cuando sería más normal encontrarlos en manos de los colaboracionistas que siempre afloran en estas situaciones? ¿Es políticamente creíble ver a Gran Bretaña y Estados Unidos cruzados de brazos ante la merma en su influencia que supone la invasión del continente?
La historia abunda en personajes y lo más adecuado sería hablar de un protagonismo coral. Incluso, en un juego que nos haría pensar en El hombre en el castillo -el autor siempre a definido su novela como "dickiana"-, el propio Planells se introduce a sí mismo en la trama. Como sucede con los otros personajes, las circunstancias han creado versiones diferentes de él en cada mundo paralelo. En uno de ellos es el autor de El enfrentamiento; en la Barcelona ocupada es un escritor de novelas rosa que firma con seudónimo.
El tono con el que Planells narra la historia es realista, llano, incluso demasiado desnudo, lejos de grandilocuencias y loas épicos; a ratos resulta meritorio y en otros supone un defecto. El enfrentamiento difícilmente agradará a los aficionados a una ciencia ficción de grandes escenarios y especulaciones audaces, pues nada de esto encontrará en sus páginas. Es una obra sobre los seres humanos y sus sentimientos, sobre la libertad, no como entelequia política sino como lucha cotidiana contra la fragilidad y el miedo. Una novela con aciertos e inconsistencias que, casi me atrevería a pronosticar, dividirá a los aficionados entre detractores y defensores, no tanto por sus intrínsecas cualidades literarias como por los gustos particulares de cada lector.
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