|
CONTENIDO LITERAL
("Zulúes y el 'zeluloide'", artículo de Gabriel Martín Olivares. Derechos de autor 1995, Gabriel Martín Olivares)
"Primera línea: ¡Apunten! ¡Fuego! ¡Atrás! Segunda línea: ¡Apunten! ¡Fuego! ¡Atrás! Primera línea: ¡Apunten! ¡Fuego!" Si todavía hay gente que piensa que la épica es un género exclusivamente literario y que tiene su máximo exponente en el Mio Cid y en el Romancero, la mejor manera de ponerse al día y de evitar el fallecimiento por ingestión abusiva de telarañas es correr a alquilar Zulú en el vídeo-club más cercano.
Intentar encontrarla en la cartelera sería inútil, ya que la cultura basura y los cinestudios de riguroso estreno y de cine "usar y obrar" han relegado estas pequeñas obras maestras a la televisión y al vídeo. Y aún allí se hacen cada vez más difíciles de hallar.
Lo sentimos por varias razones. En primer lugar, porque aquellos que se han perdido Zulú (1963) se han perdido una de las mejores reconstrucciones bélicas de la historia del cine. En segundo lugar, porque no han disfrutado de una interpretación mítica a cargo de Stanley Baker y Michael Caine. Y, por último, lo sentimos porque no han podido presenciar la escena descrita al principio de este artículo, en la que un puñado de británicos con sus legendarios uniformes rojos y sus cascos blancos forman un reducto inexpugnable contra el que se estrellan oleada tras oleada de guerreros zulúes revestidos de vistosos tocados de plumas y armados de temibles azagayas y escudos de piel de vaca. Tampoco es de perderse la labor del director, Cy Enfield, que no recurre a resaltar la valentía y la desesperación de los blancos contra el salvajismo y la ferocidad de los zulúes, sino que dedica un homenaje al coraje y a la capacidad de sacrificio de ambos bandos, reconocidos mutuamente por ellos mismos a lo largo del film.
Los guerreros y los soldados no son tratados como simples peones de ajedrez de una partida mortal entre sus jefes, tienen nombres propios y personalidades bien descritas, y juegan un papel en el desarrollo de los acontecimientos.
El productor, Joseph E. Levine, se especializó en los filmes de este género, así como Stanley Baker, que fue su actor emblemático en Arenas del Kalahari y en Dingaka. Y un dato anecdótico que dice mucho en favor del valor ético de la película: el actor que interpreta el papel de Cetewayo era el líder de la etnia zulú en los años 60, Mangosuthu Buthelezi.
Amanecer Zulú (1979) es la crónica detallada de la campaña contra los zulúes desde su inicio hasta la derrota de Indsalwana.
Al igual que Zulú está rodada en los escenarios naturales en los que transcurrieron los acontecimientos. Pero si en Zulú esos espacios se usan para causar una sensación de claustrofobia (Los personajes, que al principio de la película se encuentran en un espacio abierto, quedan circunscritos a su pequeño refugio de donde no pueden volver a salir hasta el final), un recinto cerrado frente a un gran terreno abierto, en Amanecer Zulú la concepción del espacio cumple la función contraria: las amplias mesetas y las colinas cubiertas de hierba no solo no ofrecen refugio sino que además pueden ocultar hordas de enemigos, la sensación que producen es continua indefensión. La misma batalla Indsalwana es la confirmación de esta agorafobia, resulta un desastre para los ingleses precisamente porque éstos han extendido demasiado sus tropas en un terreno abierto, sin defensas.
En la escena de la batalla, cuando los británicos han sido ya desbordados por la abrumadora superioridad numérica de los zulúes, resulta especialmente significativa una de las imágenes: aunque se hizo en terreno llano, la toma deja en la parte superior del encuadre una masa de guerreros zulúes abalanzándose sobre algunos soldados que ni siquiera intentan ya mantener una línea defensiva, y que quedan en la parte inferior de la pantalla. Se diría una ola a punto de romper y anegarlo todo. Asimismo, el bóer a caballo que huye por las colinas perseguido por los zulúes sin un solo lugar donde refugiarse es también bastante expresivo en este sentido.
En cuanto al reparto, Peter O'Toole se muestra decididamente antipático, como corresponde a su personaje Lord Chelmsford. Frente a él, el comandante de las fuerzas indígenas, interpretado por Burt Lancaster, magnífico en su última escena, sobre un carro rodeado de zulúes y disparando con su único brazo. Otro de los papeles principales es el de Simon Ward, protagonista de El joven Winston, película en la que vuelve a tierras africanas para luchar en la Guerra de los Bóers.
La historia está narrada a través de múltiples hilos conductores y refleja desde la ideología de los altos mandos del ejército británico, sumidos en su propio mundo aristocrático e irreal, del que se verán sacados bruscamente en los últimos fotogramas, hasta las preocupaciones de los simples soldados o las aventuras de los jóvenes guerreros zulúes.
El director, D. Hickox, hace una reconstrucción histórica perfecta, deteniéndose en los menores detalles sin que por ello decaiga el ritmo. La sensación de realidad, la credibilidad, la ausencia de triunfos, no entra, sin embargo, en contradicción con el gran sentido épico que impregna cada escena. Precisamente esa conjugación de lo épico y lo real constituye, a mi juicio, el principal acierto de este film.
Otra gran película del género hoy olvidada debido al éxito de las que la han sucedido es Caravana hacia el sur, titulada en inglés Untamed, dirigida nada menos que por Henry King en 1955. En ella se encuentra un magnífico Tyrone Power junto a una Susan Hayward tan tempestuosa como irlandesa, que emigra a Sudáfrica en busca de un nuevo hogar. Basada en una novela de Elga Moray, Caravana hacia el sur podría encasillare perfectamente como un western africano. Los colonos, las carretas y la amenaza de los salvajes, todo corresponde al cine del oeste excepto los zulúes, que sustituyen a los indios. Power vuelve a lucirse como jinete y como actor, corroborando una vez más su categoría como protagonista del género de aventuras en los 50, en el que sucede más que dignamente a Errol Flynn, que lo había acaparado en los 40. A tener en cuenta de este film: la escena del ataque zulú a la caravana, en la que los jinetes blancos se lanzan contra la masa de zulúes disparando sus rifles y vuelven grupas casi a los pies de éstos, que les persiguen a la carrera hasta llegar a la línea de carros. La maestría con la que está rodada esta secuencia es toda una lección de arte cinematográfico.
Para terminar con las reseñas del cine de zulúes, una serie dirigida para televisión por William Faure en 1988: Shaka Zulú, con unos increíbles Edward Fox y Robert Powell, en la más fina línea interpretativa británica. La serie, de más de 9 horas de duración, se vendió para vídeo en formato resumido de cuatro. En cualquier caso, una reconstrucción legendaria y con matices fantásticos de la historia del caudillo zulú y del primer encuentro de los europeos con el gran imperio negro.
Para cerrar este capítulo cinematográfico, no podemos menos que proporcionar una breve filmografía de aquellas películas que no se han citado por resultar prácticamente imposible encontrarlas en nuestro país.
De voortrekker. Sobre la muerte de Peter Retief y los bóers a manos del rey Dingane y la batalla de Blood River. Filmada en las afueras de Johannesburgo. Dirigida por Harold Shaw, African Films Productions, 1916. Muda.
The symbol of sacrifice. Toda la guerra zulú de 1879. Dirigida por F. Horace Rose, African Films Productions, 1918. Muda.
They built a nation. Repite el tema de De voortrekker y el mismo director de fotografía. Dirigida por Joseph Albrecht, ya en los 30.
Die voortrekkers. Serie. 1973.
Majuba. Serie. 1968.
Shangani .patrol. Serie. 1970.
FILMOGRAFÍA (Básica)
AMANECER ZULÚ. (Zulú Dawn). USA-Holanda, 1979. D.: Douglas Hicckox. I.: Burt Lancaster, Peter O'Toole, Simon Ward, John Mills.
CARAVANA HACIA EL SUR. (Untamed). Usa 1955. D.: Henry King. I.: Tyrone Power, Susan Hayward, Richard Egan, John Justin.
CHAKA ZULÚ. (Shaka Zulú). GB, 1988. D.: William C. Faure. I.: Henry Cele, Dudu Mkhize, Edward Fox, Robert Powell, Trevor Howard, Fiona Fullerton.
ZULÚ. (Zulú). GB, 1964. D.: Cy Endfield. I.: Stanley Baker, Jack Hawkins, Ulla Jacobson, Michael Caine.
|