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CONTENIDO LITERAL
("Estoy en Puertomarte sin Hilda", comentario de Carlo Frabetti. Derechos de autor 1973, Carlo Frabetti)
Selección de 11 relatos (a señalar que en la contraportada del libro se dice que los cuentos son 14; ¿simple errata, o han sido eliminados 3 de la antología original?) de SF más o menos policiaca, algunos de ellos divertidos, otros más bien tontorrones o inconsistentes, e incluso uno "verde" (precisamente el que da título al volumen) especialmente estúpido. El libro es más bien intrascendente, aunque se lee con agrado, sobre todo, por las ideas qué sugiere. Las tramas detectivescas son un tanto ingenuas, y el intento de Asimov de crear un Sherlock Holmes de la era espacial pintoresco y agorafóbico -el doctor Urth- no está del todo logrado, aunque la idea es interesante.
La selección va precedida de un prólogo del propio Asimov, y varios de los relatos van acompañados de una corta introducción y un epílogo del autor, lo cual contribuye a situar los cuentos y dar coherencia al volumen, aunque varias de estas breves notas son bastante tontas y pretenciosas.
Alguien ha objetado que para comprender y fruir algunos de los relatos hay que estar versado en física nuclear, relatividad, química, etc., lo cual constituye un obstáculo casi insalvable para muchos lectores. La objeción me parece infundada, en primer lugar porque no hace falta ser ni químico, ni físico, ni matemático para comprender los relatos, sino que con unos conocimientos rudimentarios de estas materias es más que suficiente. Y en segundo lugar, si en una obra se puede citar a Shakespeare, mencionar el Vesubio o aludir al Despotismo Ilustrado, dando por descontado que el lector posee los conocimientos mínimos de literatura, geografía e historia para comprender estas referencias sin necesidad de explicación, ¿por qué no se puede aludir, del mismo modo, a los isótopos radiactivos, los hidratos de carbono o la relatividad? Una persona con un mínimo de cultura (me refiero a cultura auténtica, no al barniz seudocultural que los burgueses exhiben como símbolo de status) no puede desconocer estos temas, como no puede ignorar que el Vesubio es un volcán o que To be or not to be es una cita de Hamlet.
Lo que ocurre es que en esta sociedad de preciosas ridículas, burgueses gentilhombres e intelectuales de salón reina la más absoluta insolvencia cultural (más evidente en el plano científico, donde no basta memorizar una serie de datos y "recetas", sino que hay que saber interpretarlos). Esa es una de las principales causas de la relegación de la SF, como he dicho más de una vez, y la razón por la que no todo el mundo disfrutará con este trivial pero entretenido librito del bioquímico Asimov.
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