José Luis González: "Oscuro, candente" ha sido votado unánimemente por el jurado como mejor cuento este año. Cuéntanos algo de ese relato.
León Arsenal: Tengo que reconocer que el relato está algo comprimido para lograr la longitud que se pedía. Es, sencillamente, un space opera. Los autores deben, al principio, procurar entretener al lector. Aborrezco esas teorías que obligan a un escritor a hacer tesis de su obra. Si te falla el entretenimiento en un cuento, creo que te ha fallado todo.
JLG: "Oscuro, candente" integra muchos elementos narrativos. En el relato hay aventura, terror, ficción...
LA: En algunos momentos he utilizado recursos propios de narraciones de terror. Recientemente leí el ensayo de Llopis sobre terror moderno y en él dice que el terror se ha refugiado en el space opera, se ha convertido casi en una suma de recursos. En el fondo, hay poco de voluntario en el relato. Insisto en que intento entretener al lector.
César Mallorquí: He leído una versión anterior de este relato en la que había un personaje de "El agente exterior". ¿Estas construyendo un universo con tus obras, o té estas moviendo en un universo afín a todas ellas?
LA: En un universo afín, aunque es un universo vagamente referencial. Alguien me pidió una serie de cuentos entrelazados que son los que han dado origen a este universo.
JLG: En tu escritura se nota una evolución desde los primeros relatos, más experimentales, menos cuidados, hasta los últimos, donde ya hay un cierto método. ¿A que causas crees que se debe?
LA: Creo que al trabajo diario. Y también a leer. Si te pones a escribir en serio, con unas metas, que pueden ser ilusorias pero que están ahí, utilizas la lectura para recopilar ideas, para experimentar métodos de otros escritores. Aunque eso entraña un riesgo, y es que puedes dejar de disfrutar de la lectura por utilizarla como una herramienta.
JLG: ¿De donde tomas las ideas para tus relatos?
LA: Un poco de aquí y un poco de allá. Las piensas, las das vueltas, guardas nombres, situaciones, y en un momento dado, una idea que no te daría para un cuento se junta con otras dos y ya te da. El tres es siempre un buen número para juntar cosas... Luego hay situaciones que en mis manos son un peligro: Una vez cogí un panfleto que hablaba sobre publicidad. Decía que en un anuncio se repiten siempre tres veces las cosas, y lo apliqué al cuento "El libro negro" (El libro negro. ¿El libro negro?. Sí, el libro negro.), y todo el mundo se fijó, la mayoría para insultarme, pero fijarse, se fijaron... Quiero decir: experimentas, ¿y que más da? Algo aprendes siempre.
CM: Tus primeros relatos eran de estructura sencilla, con poco argumento, mas viñeta. Pero en los últimos relatos haces una progresión, una complicación mayor de la trama, una creación de personajes más tridimensionales.
LA: Primero viene un mínimo trabajo de "artista", al plasmar la idea, y luego viene el trabajo del artesano: pule, pule; revisa, revisa. Me he esforzado. Hay una cosa curiosa, y es que ahora no logro escribir un cuento de dos páginas. Sé que me lo advertiste. Al escribir, enseguida te aparecen subtramas, y te metes en ellas a ver lo que pasa, porque sabes que sin eso, la historia queda coja. Viene un poco obligado.
CM: Tiene que haber un grado de autolucidez, una forma de darse cuenta de cuando las risas son motivadas o cuando no. Si tienes una técnica a la que agarrarte es muy difícil que te pase. A la gente le puede gustar o no lo que cuentas, pero en todo caso está bien contado.
LA: En "El centro muerto" que, según mucha gente, es mi mejor cuento hasta ahora, utilicé "La pared de hielo" para elaborar los flashback; me gustó el relato e investigué cómo estaban hechos. La pretensión de hacer mío ese mérito me parece estúpida, poco constructiva. Lees a escritores que tienen cuentos maravillosos, pero tarde o temprano lees alguno que no vale nada. Con César eso nunca me ha pasado: sus cuentos se defienden. Podrás poner peros a la trama, o decir que se podría haber sacado mas, pero no que está mal escrito. Eso se llama oficio en otros lugares, y en nuestro genero ha faltado.
Oficio, artesanía, una pequeña -al menos- dosis de arte, configuran al escritor. Si tuviera que escoger ahora la razón por la que me gustaría ser recordado, diría que por haber escrito tres o cuatro de los mejores cien cuentos de ciencia ficción española. En definitiva, me gustaría dar nota media.
JLG: Cuéntanos, para terminar, que proyectos tienes.
LA: Estoy escribiendo una novela de fantasía heroica. Un capítulo de esa novela está publicado en Opar 2. Ahora está parada hasta que termine unas traducciones de Lovecraft. En general me cuesta tiempo escribir. Escribir ciencia ficción es tener puntos en contra, ser español también, si encima no lo cuidas mucho, tienes todas las papeletas en contra. Debes cuidar un poco lo que haces.