COMENTARIOS APARECIDOS SOBRE ESTE VOLUMEN

(Comentario de Eugenio Sánchez Arrate publicado en el volumen Ad astra 10, ediciones Ad astra, colección Revista electrónica, número 10, edición de 1997. Derechos de autor 1997, Eugenio Sánchez Arrate)
Inaugurando una nueva colección dedicada al género, el Colectivo de Tebeos apuesta fuerte por los jóvenes escritores y nos presenta esta primera selección de cuentos del zaragozano José Miguel Pallarés, un hombre dedicado a hacer guiones de cómic hasta fechas muy recientes, que ha decidido cambiar de lenguaje y enfrentarse al oficio de escribir empezando por lo más difícil, escribiendo género fantástico sin ningún tipo de complejo.
Los cuentos de Pallarés sorprenden por lo variado, lo ambicioso e incluso lo experimental. Este querer ir más allá, ésta lucha por querer decir las cosas de una forma diferente, con una voluntad de estilo propia, hacen resbalar de vez en cuando la sintaxis del texto en frases mal expresadas o faltas de concordancia, y en el abuso de algunos adjetivos (sobre todo el pesadísimo y empalagoso "pulquérrimo" tan querido por Umbral) por los que manifiesta un exceso de celo que resta naturalidad y dinamismo a su prosa. Si de algo peca la narrativa de Pallarés es de exceso de estilo.
Es sin embargo este libro una buena piedra de toque para iniciar una carrera como autor de género, y cuenta con relatos de lo más original y abigarrado que hemos podido leer en los últimos años. Espejos embrujados, piratas informáticos, enfermedades sorprendentes... reunidos con acierto en una selección de obras breves llenas de interés y espíritu de género.
Muy poco camaleónico en cuanto al estilo, muy propio, muy él mismo, Juan Miguel Pallarés ha demostrado que para escribir literatura de fantasía y ciencia ficción no es necesario leer y menos aún emular a la cátedra anglosajona.
Un mensaje obsesivo, machacón, casi irritante, subyace en el trasfondo de todos los cuentos: el hombre es un ser despreciable, hipócrita y merecedor de la peor de las suertes. Una suerte que esperamos no comparta este joven autor, esforzado y, a tenor de este libro, capaz de grandes empresas.
Para amantes de lo nuevo, sirva ésta selección que tiene de todo, como en botica.

(Comentario de Eugenio Sánchez Arrate publicado en el volumen Uribe, hoja informativa 32, ediciones Augusto Uribe, colección Boletín informativo, número 32, edición de 1997. Derechos de autor 1997, Eugenio Sánchez Arrate)
Inaugurando una nueva colección dedicada al género, el Colectivo de Tebeos apuesta fuerte por los jóvenes escritores y nos presenta esta primera selección de cuentos del zaragozano José Miguel Pallarés, un hombre dedicado a hacer guiones de cómic hasta fechas muy recientes, que ha decidido cambiar de lenguaje y enfrentarse al oficio de escribir empezando por lo más difícil, escribiendo género fantástico sin ningún tipo de complejo.
Los cuentos de Pallarés sorprenden por lo variado, lo ambicioso e incluso lo experimental. Este querer ir más allá, ésta lucha por querer decir las cosas de una forma diferente, con una voluntad de estilo propia, hacen resbalar de vez en cuando la sintaxis del texto en frases mal expresadas o faltas de concordancia, y en el abuso de algunos adjetivos (sobre todo el pesadísimo y empalagoso "pulquérrimo" tan querido por Umbral) por los que manifiesta un exceso de celo que resta naturalidad y dinamismo a su prosa. Si de algo peca la narrativa de Pallarés es de exceso de estilo.
Es sin embargo este libro una buena piedra de toque para iniciar una carrera como autor de género, y cuenta con relatos de lo más original y abigarrado que hemos podido leer en los últimos años. Espejos embrujados, piratas informáticos, enfermedades sorprendentes... reunidos con acierto en una selección de obras breves llenas de interés y espíritu de género.
Muy poco camaleónico en cuanto al estilo, muy propio, muy él mismo, Juan Miguel Pallarés ha demostrado que para escribir literatura de fantasía y ciencia ficción no es necesario leer y menos aún emular a la cátedra anglosajona.
Un mensaje obsesivo, machacón, casi irritante, subyace en el trasfondo de todos los cuentos: el hombre es un ser despreciable, hipócrita y merecedor de la peor de las suertes. Una suerte que esperamos no comparta este joven autor, esforzado y, a tenor de este libro, capaz de grandes empresas.
Para amantes de lo nuevo, sirva ésta selección que tiene de todo, como en botica.

(Comentario de Eugenio Sánchez Arrate publicado en el volumen Gigamesh 11, ediciones Alejo Cuervo, colección Gigamesh, número 19, edición de 1997. Derechos de autor 1997, Eugenio Sánchez Arrate)
Inaugurando una nueva colección dedicada al género, el Colectivo de Tebeos apuesta fuerte por los jóvenes escritores y nos presenta esta primera selección de cuentos del zaragozano José Miguel Pallarés, un hombre dedicado a hacer guiones de cómic hasta fechas muy recientes, que ha decidido cambiar de lenguaje y enfrentarse al oficio de escribir empezando por lo más difícil, escribiendo género fantástico sin ningún tipo de complejo.
Los cuentos de Pallarés sorprenden por lo variado, lo ambicioso e incluso lo experimental. Este querer ir más allá, ésta lucha por querer decir las cosas de una forma diferente, con una voluntad de estilo propia, hacen resbalar de vez en cuando la sintaxis del texto en frases mal expresadas o faltas de concordancia, y en el abuso de algunos adjetivos (sobre todo el pesadísimo y empalagoso "pulquérrimo" tan querido por Umbral) por los que manifiesta un exceso de celo que resta naturalidad y dinamismo a su prosa. Si de algo peca la narrativa de Pallarés es de exceso de estilo.
Es sin embargo este libro una buena piedra de toque para iniciar una carrera como autor de género, y cuenta con relatos de lo más original y abigarrado que hemos podido leer en los últimos años. Espejos embrujados, piratas informáticos, enfermedades sorprendentes... reunidos con acierto en una selección de obras breves llenas de interés y espíritu de género.
Muy poco camaleónico en cuanto al estilo, muy propio, muy él mismo, Juan Miguel Pallarés ha demostrado que para escribir literatura de fantasía y ciencia ficción no es necesario leer y menos aún emular a la cátedra anglosajona.
Un mensaje obsesivo, machacón, casi irritante, subyace en el trasfondo de todos los cuentos: el hombre es un ser despreciable, hipócrita y merecedor de la peor de las suertes. Una suerte que esperamos no comparta este joven autor, esforzado y, a tenor de este libro, capaz de grandes empresas.
Para amantes de lo nuevo, sirva ésta selección que tiene de todo, como en botica.