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COMENTARIOS APARECIDOS SOBRE ESTE VOLUMEN
(Comentario de Ignacio de Juan publicado en el volumen Zikkurath 1, ediciones Fernando P Fuenteamor, colección Revista, número 1, edición de 1980. Derechos de autor 1980, Ignacio de Juan)
El texto de la sobrecubierta de la edición en castellano, que se refiere a esta novela como caso insólito y prueba palpable de la reciente recuperación experimentada por el autor tras una crisis a consecuencia de sus experiencias con drogas, unido a la versión tan Martín Vigil del título original inglés A Scanner Darkly, puede hacer pensar a un despistado lector que tiene entre sus manos un libro estremecedor y educativo a la vez.
Muy al contrario se trata de un relato en el que Dick refresca la memoria de los viejos tiempos en California, allá por los sesenta, cuando parecía que el mundo iba a cambiar de la noche a la mañana, y en el que describe de una manera lúcida y afectiva la vida de un grupo de freaks, el propio autor incluido entre ellos según cuenta en la nota final, procediendo a descubrir lo que casi nadie ha mostrado de la vida de aquellos años. La vida puertas adentro, su intimidad más estricta y desnuda, dejando a la discreción del lector las aportaciones costumbristas del momento, porque Dick va directo a lo suyo. Se interesa por la desviación subjetiva facilitada por la soledad unas veces, otras por la droga, el hermetismo de los signos o los códigos de una sola dirección. Un grupo de chiflados, de locos bien dispuestos para las aventuras más absurdas, las conversaciones más peregrinas y los recelos, miedos y angustias más terribles. Personajes que entran y salen sin explicación alguna y que viven exclusivamente su presente a secas. Uno de ellos es Fred. Pero Fred también es un agente de narcóticos al servicio del gobierno cuya misión es obtener información sobre traficantes de drogas. Un personaje que simultanea de corazón dos comportamientos antagónicos y cuya presencia va a originar en el discurso de la novela un movimiento interior y soterrado de suspense de lo trivial magistralmente resuelto por Dick.
Por último, señalar la ausencia de lo que habitualmente entendemos por estructura novelística y que para mí constituye una de las peculiaridades más notables del autor y responsable del aparente desorden de algunos de sus libros. La acción se interrumpe v quedan colgados los personajes. En algún otro punto, fuera ya de la novela, concluirá la historia.
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