"Extiendan las manos al sol. ¿Qué sienten? Calor, claro. Pero también reciben una presión, aunque no la notan porque es muy pequeña. Sobre la superficie de sus manos se ejerce una presión de centésimas de miligramos, más o menos. Pero en el espacio exterior, hasta una presión tan pequeña puede ser importante, ya que actúa perpetuamente, hora tras hora. Al contrario que el combustible de un cohete, es libre e ilimitada. Si queremos, podemos utilizarla. Podemos confeccionar velas que recojan esta radiación del Sol." Arthur C. Clarke, El viento del sol. :-) |