|
CONTENIDO LITERAL
("Gaziyel", cuento de Ignacio Romeo. Derechos de autor 1978, Ignacio Romeo)
MESSIER 5.552.
Estrella gigante de color azul.
22 planetas.
I a IX: abióticos sin atmósfera.
X, XI y XII: abióticos con atmósfera primitiva.
XIII: el planeta Yul, con vida.
XIV, XV y XVI: planetas fríos, abióticos.
XVII a XXII: gigantes gaseosos.
YUL (Messíer 5.552-XIII).
Decimotercer planeta del sistema M-5.552.
Distancia al primario: 16'2 U.A.
Excentricidad de la órbita: 0'98.
Inclinación de la eclíptica: 3º, 5', 27".
Período de rotación sobre su eje: 27h. 32m. 6s. T.G.S.
Duración del año sidéreo: 12 años, 2 meses y 26 días.
Masa planetaria: 1'05 U.T.
Densidad media: 5'52.
Superficie: tres cuartas partes recubiertas por masas acuosas de escasa profundidad.
Atmósfera: primitiva de evolución biótica.
Metano: 23%.
Nitrógeno: 58%.
Amoníaco: 15%.
Gases nobles: 3'6%.
Vapor de agua y otros gases hasta un 100%. Discreta cantidad de oxígeno en las zonas profundas de los mares.
(«Stellarís Atlas et Caelestial Aephemerides», 3.554 cd., pág. 864)
Cuando Messier 5.552 va a elevarse sobre el horizonte de Yul, mucho antes de que aparezca el disco de la estrella, la atmósfera superior del planeta se enciende, a medida que los gases - fuertemente ionizados - se excitan ante el brutal ataque de los rayos ultravioleta de la monstruosa estrella azul. El cielo es atravesado por fantásticas auroras y esto es una señal de que va a comenzar el temible día de Yul. Porque en Yul la vida es imposible durante el periodo diurno, bañado por la implacable radiación de Messier 5.552, cuyos ultravioletas son absolutamente letales. Sobre el planeta la vida renace cada noche porque, de día, Yul es completamente mineral.
Y así, cuando la aurora empieza a anunciar la salida de la estrella, la vida inicia su retirada de la superficie de la seca tierra. Las largas frondas de los altos vegetales, esparcidas generosamente en el aire húmedo de la noche, empiezan a replegarse sobre sí mismas, como mimosas gigantes. Es un espectáculo alucinante presenciar cómo centenares de árboles van enrollando sus largas hojas y, de manera casi sincrónica, doblan sus tallos flexibles y se reducen al final a una apretada pelota vegetal, sobre la que se cierran las dos o tres gruesas hojas que todos los vegetales poseen en la base del tallo principal. En breve, todo el bosque queda reducido a algo semejante a un terreno sembrado de grandes piedras redondeadas, porque las hojas terminales, profundamente impregnadas de materiales silíceos, son duras como las rocas y completamente impermeables a las radiaciones de Messier 5.552.
La fauna también huye, naturalmente. Algunas especies - Pocas - se entierran en el suelo, pero la mayoría se dirige al agua, de la que nunca se separan mucho. Son de costumbres anfibias y de día vuelven a las aguas de las que salieron sus antepasados en remotas eras geológicas. Los mares de Yul son abundantes en extensión, aunque poco profundos. Sin embargo, la capa de agua es suficiente para detener la mortal radiación ultravioleta y, en el fondo, los animales pueden sobrevivir.
De esa manera miró Gaziyel con sus grandes ojos nictálopes a la aurora, hermosa y amenazante, y despojándose de su capa nocturna, empapada en agua, se sumergió lentamente en la laguna, en su mayor parte artificial, junto a la que había pasado la mayor parte de la noche. Antes de desaparecer, saludó con un airoso gesto de su brazo al Dr. Schwartzberg. Del Traductor Automático salió la versión terrestre aproximada de sus palabras de adiós y su promesa para la noche siguiente. El terrícola mantuvo durante algunos minutos la mirada en el lugar donde Gaziyel había desaparecido y, a continuación, recordó que Messier 5.552 estaba a punto de alzarse sobre el horizonte. Su traje le protegía perfectamente de la radiación, pero caló rápidamente un espeso filtro delante de sus ojos: algunos segundos de la radiación ultravioleta de la estrella eran suficientes para quemar irremisiblemente la retina.
Dio media vuelta y, con paso cansino, se dirigió al campamento de los terrestres.
* * *
YUL, raza dominante del planeta del mismo nombre.
Ejemplo extremo de evolución convergente. De hecho los Yul, aunque sin relación biológica alguna con la biota terrestre, presentan una cierta semejanza morfológica con algunas especies terrestres, cosa extraordinariamente difícil de explicar ya que, lógicamente, no existe ninguna relación filo genética ni identidad fisiológica.
Los Yul son seres de simetría externa bilateral, con dos pares de miembros, y una extremidad cefálica que aloja los principales órganos sensoriales y nerviosos; sus dos miembros superiores están dedicados a la aprehensión y los posteriores exclusivamente a la locomoción, de manera absolutamente similar a la de la especie terrestre. Poseen dos pares de ojos y de órganos de audición localizados en la extremidad cefálica. Algunas maneras epidérmicas son parecidas a las terrestres.
Fisiológicamente, las diferencias son profundas. Son poiquilotérmícos. Su respiración es mixta, aire-agua. Son isógamos.
(«Enciclopedia Galáctica», tomo DGXLI, página 1.235).
... en algunos organismos los gametos son iguales y absolutamente equivalentes. A este fenómeno se le llama isogamia, y a las células ha píoides reproductoras, isogametos. En relación con este hecho carece de sentido hablar de gametos masculinos o femeninos, ni a los zigotos reproductores se les puede llamar machos o hembras. En la biota terrestre el ejemplo más típico es el de ciertos seres unicelulares del orden de los ciliados, los paramecios.
(«Solum Anatomía ja Fysiologia». Helsingin Yliopison julkaisu v. 2.000. Kirj. Inko Kallo Puolakka).
Los terrestres habitaban y sobrevivían al tremendo día de Yul en una serie de albergues perfectamente protegidos de la radiación.
Gracias a sus trajes podían salir al exterior, y lo hacían cuantas veces era necesario, pero procuraban no hacerlo durante el día: la noche era más acogedora y considerablemente más fructífera. Durante el día, Yul no era más que un desierto inhóspito; por la noche, una jungla fascinante.
Al entrar, el doctor Schwartzberg dejó sobre una mesa el Traductor Universal y la grabadora que había registrado las respuestas de Gaziyel. Se quitó el casco, se pasó la mano sobre el cabello y se atusó la barba revuelta por el incómodo confinamiento a que la condenaba el constante uso del casco. A continuación sacó de un cajón un bloc de papel y otros artículos de escritura, con la evidente intención de tomar algunas notas. Pero antes de que pudiera empezar entró otro explorador en la habitación. El doctor Michel Schwatzberg le miró con indiferencia. Se trataba de Ivan Arilovich Krasky, uno de los biólogos.
-¿Qué nos traes de Gaziyel? - preguntó Krasky -. ¿Algo biológicamente interesante?
El interés particular de Schwartzberg era el complejo y exótico entramado social de los Yul, pero esto no era óbice para que con mucha frecuencia aportara datos interesantes sobre otras disciplinas. El intercambio de hallazgos era fundamental para obtener la mayor cantidad de conocimientos sobre el planeta, ahorrando tiempo y evitando investigaciones paralelas.
- Algo de su ciclo reproductivo - dijo Michel -. Está metido en alguna parte de esa grabadora. Pero puedo darte una idea general.
- Yo también tengo algunas cosas interesantes - repuso Iván -. Hemos hecho una serie de estudios citológicos sobre algunos Yul y en el Estanque.
-¡Ah, el Estanque! - musitó Schwartzberg -. Los Estanques de Procreación.
- Exacto, exacto. Hemos encontrado gametos libres en el agua. Idénticos a los que llevan los Yul en los gametóforos. Y todos son iguales. Los Yul son isógamos: ni machos, ni hembras. Y al parecer la conjugación es externa, ¡en las aguas de los Estanques! ¿Qué dice Gaziyel de todo esto?
- Básicamente lo confirma. Los Yul liberan los isogametos en las aguas de los Estanques y allí se conjugan libremente. Como sabes, la mayoría de los Estanques son artificiales; los mismos Yul son quienes han creado esta intrincada maraña de lagunas comunicadas entre sí y con los océanos. Es de suponer que, originariamente, emplearon las aguas costeras superficiales y que luego, al adquirir una cierta civilización y una mayor comprensión de lo que hacían, idearon y llevaron a cabo la construcción del sistema de Estanques, que no es una empresa despreciable. Ha sido, sin duda, un trabajo de siglos.
- Interesante - opinó Iván -: un organismo que modifica colectivamente su comportamiento reproductivo, conservando lo fundamental, claro.
- El hombre hizo lo mismo en la Tierra - adujo Michel -. Aunque posiblemente por motivos muy distintos y con métodos muy diferentes. La creación de los Estanques de Procreación debió de haber provocado una explosión demográfica entre los Yul. No son muy numerosos, sin embargo.
- Creo más bien que por el contrario, los debió salvar de la extinción. Los animales no acuáticos son escasos en el planeta, y sus hábitos reproductivos no son semejantes a los de los Yul. Respecto a éstos, no es posible la obtención de zigotos viables a partir de isogametos de un solo individuo.
- Algún mecanismo para evitar la autofecundación.
- Sin duda, y creemos haber encontrado este mecanismo. Como sabes, la radiación de Messier 5.552 es muy potente. Para un organismo sometido a tales dosis de radiación, el riesgo de mutaciones es muy grande. Los Yul pueden perecer si sufren una irradiación suficientemente intensa, aunque aguantan muchísimo más que nosotros. Pero, aunque evitan en lo posible la exposición a la luz del astro, algunas veces no pueden eludirla. Y es indudable que alguna radiación dura puede alcanzarles cuando se encuentran en el agua, y también hay alguna radiación residual nocturna, que puede afectarles durante la noche. De todos modos los Yul, como toda la flora y la fauna del planeta, están sometidos a fuertes efectos mutágenos.
»Todos los genes de los Yul - prosiguió el doctor Schwartzberg - presentan alelos múltiples, muchos de los cuales son factores recesivos letales. Un Yul no puede fecundarse a sí mismo porque el zigoto no es viable, ya que siempre existe por lo menos un factor letal que lo impide. Asimismo, muchos de los productos de la conjugación de isogametos de distintos orígenes no son tampoco viables. Pero si el número de gametos es lo suficientemente grande pueden conseguirse zigotos que propaguen la especie. Y los Yul, de alguna manera, lo saben. Allí son mayores las probabilidades de obtener una prole, y por eso construyen los Estanques.
»Estos son los hechos desde el punto de vista genético. ¿Cuál es la versión directa de Gaziyel sobre este asunto? ¿Son realmente conscientes de la necesidad de los Estanques? ¿Saben lo que allí ocurre?
- No lo sé realmente - replicó Michel -. Gaziyel conoce, así al menos me lo ha dicho, que los Yul nacen en los Estanques, por decirlo de algún modo. No le he preguntado más detalles.
- Pero ¿por qué? - interrogó el biólogo -. No es de mi incumbencia, desde luego, pero ¿no estás omitiendo algunos datos interesantes? Por ejemplo, ¿qué sienten los Yul cuando penetran en los Estanques?
-¡Qué pregunta! - exclamó Michel.
-¿Qué te ocurre? - le contestó Iván -. ¿Por qué no interrogarle sobre esto? Son una especie diferente. Yo no experimentaría la menor dificultad para explicarles el proceso reproductivo humano, si bien es verdad que nosotros mismos hablamos bastante sobre ello. No creo que existan inconvenientes para tratar objetivamente de estas cosas. ¿O es que los Yul tiene algún tabú acerca de ellas?
- No, que yo sepa. Es solamente que no las he preguntado. Me ha parecido poco... - delicado.
- No seas absurdo, Michel. Gaziyel es un Yul y no una jovencita ruborosa. No es un ser humano. Si se mira bien, no es más que una rana gigante más o menos inteligente...
Michel reaccionó de manera violenta ante esto, de un modo totalmente imprevisible para Iván. Golpeando con la mano sobre la mesa, empezó de pronto a gritar:
-¡No, no, no! ¡No tolero que hables así de Gaziyel!
Y salió corriendo de la habitación, dejando a su compañero con la boca abierta.
* * *
La mente humana es completamente incapaz de reaccionar ante estímulos que le son absolutamente desconocidos. En estas condiciones (que se dan con cierta frecuencia hoy en día, a causa del proceso de exploración galáctica) el modo usual de reacción responde a dos modelos totalmente contrarios:
a) Se intenta ignorar completamente el estímulo, como si nunca hubiera existido.
b) De forma evidentemente muy errónea se asimila a hechos, situaciones y conocimientos más familiares, aunque no exista relación alguna entre ellos.
Veamos algunos ejemplos...
(De «Acta Psycologica», IV, Universitas Complutensis, Madrid).
Michel Schwartzberg, sociólogo, permanece en pie delante de la oscura extensión de las aguas, sobre el planeta Yul. A sus espaldas, Messier 5.552 se oculta bajo el horizonte, mientras que, en el cielo, se enciende la tremenda luz zodiacal que ilumina - y da vida - a la noche del planeta. A esta luz, las frondas se despliegan como en un lento desperezarse. Los troncos se desarrollan, los tallos se extienden y el desierto se convierte en bosque.
Y Gaziyel sale de las aguas.
Michel ha visto muchas veces a Gaziyel sin ropa, pero siempre encuentra fascinante su salida del agua. Para el sociólogo es un espectáculo lleno de gracia y belleza, que no se cansa de contemplar. Sabe de sobra que, cuando Gaziyel rodea su cuerpo con un tejido empapado en agua, como vestidura para estar fuera de ella, no lo hace por un pudor que no puede sentir, sino porque su piel no soporta la sequedad del aire, por húmedo que éste pueda ser; sin embargo, a sus ojos, es una muestra de un delicado recato, y su somero acto de vestirse le emociona de manera extraña.
Gaziyel, con su vestidura chorreando agua, le mira con sus redondos y enormes ojos de nictálope. Se aproxima a él y al Traductor Universal, y toma asiento sobre una gran piedra, no lejos del agua, de la que los Yul, seres fundamentalmente acuáticos, nunca se separan mucho. Michel, de pie frente a Gaziyel, se siente extrañamente estremecido. Y se dirige al Yul:
- Gaziyel... - dice.
El Traductor Universal convierte el nombre en un gorjeo incomprensible. Y de los labios delgadisimos de Gaziyel salen sonidos irreconocibles.
-¿Qué deseas saber hoy sobre nosotros? - dice el Traductor, interpretando a Gaziyel.
Pero para Michel es Gaziyel quien ha hablado, no el Traductor. Apenas presta atención a los sonidos que provienen del Yul, pero le parece estar hablando directamente con el habitante del planeta.
- Hablemos de los Estanques.
- Muy bien. ¿Qué quieres saber?
Gaziyel extiende sus piernas desnudas y coloca uno sobre el otro sus pies palmeados. Michel los contempla en silencio y luego dice:
- Sirven para la propagación de vuestra especie, ¿no es así?
- Sí. Ya te lo he dicho - replica el Traductor a partir de los silbidos y chasquidos de la voz de Gaziyel. El Traductor habla con voz de contralto porque así ha sido programado.
- Pero - insiste el terrestre - ¿cómo tiene lugar la cosa?
Le parece como Gaziyel riera, pero el Yul no ha emitido ningún sonido. Por el contrario, se ha levantado para ajustarse el lienzo húmedo, que se ha deslizado de sus hombros, dejando al descubierto parte de la espalda, recorrida a lo largo de su centro por la cresta dorsal, que desciende desde la parte posterior de la cabeza. Una vez ajustada la ropa, Gaziyel realiza un gesto extraño: extiende ambos brazos en cruz, manteniendo hacia arriba la palma de las manos, con sus cuatro largos dedos separados ampliamente, poniendo de manifiesto la fina membrana que se extiende entre ellos. Después recoge algo del agua que empapa su ropa y se humedece la piel que cubre sus brazos, ligeramente verrugosa.
- Cuando viene el Deseo - empieza diciendo - buscamos un Estanque. Nunca están lejos. Nosotros siempre nos movemos cerca del agua, y hay muchos Estanques de Procreación. Siempre estamos construyendo Estanques nuevos, cada vez más y más.
Gaziyel extiende otra vez los brazos en cruz, y Michel contempla fascinado al Yul, que prosigue su descripción tras recoger sus brazos debajo de la tela mojada.
- El Deseo - dice - es como un sueño. Nos acomete una gran languidez, una gran necesidad de entrar en el agua y descansar. Entonces sabemos que hay que buscar un Estanque y penetrar en él. Una vez en el agua, vamos al fondo y nos extendemos sobre él. Cerramos los ojos, como para dormir. Y entonces notamos que se abren los opérculos.
Gaziyel se lleva las manos a los lados del cuello, donde, como Michel sabe por los informes de los biólogos, se encuentran los gametóforos de los Yul.
- Y nos invade una gran paz - concluye Gaziyel.
Schwartzberg no sabe qué decir ni qué nuevas preguntas formular. Se siente sumamente perplejo y no puede definir sus sentimientos ni ordenar sus más íntimos pensamientos. Gaziyel, mientras tanto, guarda silencio y se sienta plácidamente sobre la piedra. Michel se decide.
- Naturalmente - dice -, hay otros Yul en los Estanques.
- No necesariamente - replica Gaziyel -. Los Estanques no son muy grandes porque nuestra semilla se esparciría demasiado. Pero, indudablemente, ha habido otros Yul antes y habrá otros después. Se necesitan muchos Yul para producir nuevos Yul.
-¿Cualquier Yul? - pregunta Michel ansiosamente.
-¿Cómo cualquier Yul? - exclama Gaziyel con asombro -. No te entiendo.
- Quiero decir - explica Michel -, ¿es indiferente quien haya estado antes o estará luego en el Estanque?
-¿Cómo podría ser de otra manera? - le replica Gaziyel sin conseguir salir de su asombro -. Un Yul es igual a cualquier otro Yul. A menos que se trate de un YuI-Din, desde luego.
- ¿Qué es un Yul-Din?
- Un Yul-Din es un Yul, naturalmente, pero algo distinto. Hay pocos, muy pocos, muchos menos que de los otros Yul. El Yul-Din es más alto y más fuerte, y tiene la cresta rojiza. Y siempre desearíamos que un Yul-Din compartiera nuestro Estanque.
- ¿Por qué?
- Bien, podemos decir que es un honor frecuentar el Estanque donde suele acudir el Yul-Din. Pero no se trata solamente de esto: los Yul que nacen en estos Estanques son más numerosos que en los otros, y más sanos. Y de vez en cuando, de estos Estanques nace otro Yul-Din.
Michel Schwartzberg siente una repentina sensación de desagrado ante estas noticias. Ya es bastante perturbador el considerar como promiscuo el sistema reproductivo de los Yul - cosa que no deja de ser irracional -. Pero la idea de un Yul diferente o diferenciado, como el Yul-Din, y de que éste sea preferido a los otros Yul fecundantes, le produce un sentimiento muy parecido a los celos.
* * *
...ambos sexos compiten entre los de su mismo género para atraer la atención y los favores del sexo opuesto. Otras actividades de la especie humana que no son las propiamente sexuales se rigen por los mismos principios. Y yo me pregunto: ¿Y si no existieran estos hechos de selección sexual? Sí la especie humana no tuviera esta conducta instintiva de lucha o competición entre semejantes, derivada de su actividad sexual, ¿sería distinto el comportamiento total de la especie? ¿Formaríamos un grupo biológico más cooperativo que competitivo si nuestro esquema reproductivo no estuviera basado - como en la mayoría de las especies de este planeta - sobre una selección sexual despiadada?
(De «J. M. Publicaciones del Departamento de Psicología del Comportamiento», VI, Universidad Complutense, Madrid)
- Pues sí, desde luego - asintió Iván -, tenemos noticia de esta clase de Yul distintos del resto de la especie. Hace muy poco tiempo, es cierto. Ultimamente ha aparecido uno que ronda por ahí. Michel sintió como una especie de vahído. Su inexplicable antipatía hacia los Yul-Din cristalizó repentinamente ahora que sabia de la existencia cercana de uno de ellos. Le pareció como si un individuo anónimo tuviera ya rostro. Y le vino a la mente la idea de que Gaziyel y el Yul-Din pudieran compartir eventualmente un Estanque. Tal pensamiento se le hizo brutalmente insoportable y luchó con gran esfuerzo para desterrarlo de su cabeza. Pero el concepto permanecía allí, imperfectamente soterrado. Dominándose, interrogó al biólogo:
- ¿Y que es exactamente un Yul-Din? - dijo -. Según Gaziyel, son muy estimados como... compañeros de Estanque.
- Y tienen mucha razón - afirmó Iván, encendiendo un pitillo -. Hemos tenido ocasión de observar uno, como te dije, e incluso de... - iba a decir capturarlo -, de digamos obtener su cooperación. Es muy probable que ahora tengamos una idea bastante clara de lo que es un Yul-Din. En primer lugar, esos Yul son potencialmente autofecundantes, aunque no creemos que esto ocurra con demasiada frecuencia. Y sus gametos fertilizan a todos los isogametos de cualquier otro Yul. Y según te ha dicho Gaziyel, además de producir una prole más abundante, muchos de esos individuos son más sanos y robustos que lo habitual cuando el Yul-Din no está presente. La explicación más lógica es que los Yul-Din son individuos exentos de factores recesivos letales. Esos superindividuos imagino que son productos de autofecundaciones, porque la probabilidad de que surjan espontáneamente de la conjugación de isogametos ordinarios es muy remota.
- Pero si es así, ¿por qué no hay Yul-Din en mucho mayor número? - objetó el sociólogo.
- Imagino que se trata de un simple fenómeno de dilución. Lo más seguro es que el Yul-Din visite Estanques muy frecuentados, donde la concentración de isogametos es verdaderamente increíble, y que cuando el Yul-Din vierte sus gametos, éstos encuentran muy rápidamente otros de los corrientes, con los que se conjugan. De vez en cuando se encuentran con isogametos de la variedad superior, pero la probabilidad es baja. Afortunadamente para los Yul, no es demasiado baja, porque dados los efectos mutágenos de Messier 5.552, las probabilidades de cualquier Yul de producir gametos dañados es grande. Tanto, que imagino que sin los Yul-Din la especie acabaría quizá extinguiéndose por acumulación de factores letales. Se trata de un equilibrio delicadísimo y muy inestable. Tal vez, si en alguna ocasión llegan a predominar los isogametos muy dañados, no capaces de conjugarse, se produzcan como reacción más gametos Yul-Din autoconjugables, que producirían más Yul-Din y, a la larga, corregirían la situación. Habría que estudiar esto, es una situación fascinante.
- Es posible - concedió Michel de mala gana -, pero ¿por qué? No es más que un ejemplo de equilibrio de poblaciones.
- Puede ser más que esto, o tal vez se trate de algo más en el futuro. Existe ya un claro dimorfismo en la especie: por un lado los Yul ordinarios, y por otro los Yul-Din. Si la tendencia evolutiva continúa igual, con el tiempo habrá algo a primera vista absurdo: una diferenciación sexual a partir de individuos con gametos inicialmente iguales, pero que van diferenciándose más y más. Ya los isogametos Yul-Din son algo distintos de los isogametos Yul. ¿Qué ocurrirá cuando los Yul, que son inteligentes, se den cuenta de su estructura genética? Solamente con desechar el uso de los Estanques de Procreación - que no son más que el perfeccionamiento del fondo natural de las lagunas -, podrían obtener Yuls y Yul-Din a voluntad, conjugando isogametos Yul con isogametos Yul-Din para obtener Yuls, o autofecundando Yul-Dins. De esta manera, podríamos decir, exagerando un poco, de acuerdo que los Yul son protohembras y los Yul-Dins, protomachos.
Michel sintió como un escalofrío ante el pensamiento. Gaziyel era una protohembra, y el Yul-Din, un protomacho.
* * *
¿La especie humana se hubiera agrupado de la misma manera si el fundamento de su cohesión no hubiera sido el impulso sexual? Existen ejemplos, no hay duda. En las sociedades invertebradas, las de los insectos sociales, las colmenas, los hormigueros, existen agrupaciones de individuos. Pero la diferencia con las agrupaciones humanas es esencial: los hombres son competitivos e individualistas; los insectos sociales son cooperativistas y colectivos. Los individuos humanos, hombres o mujeres, son elementos sexuales activos (los niños, todavía no sexualmente activos, tienen una organización muy primitiva, que es la horda). En las sociedades de insectos, sus individuos (sí podemos llamarlos así) son sexualmente neutros.
El hecho del sexo imprime un carácter especial, un carácter predominantemente competitivo, a las sociedades humanas...
(De «Biological Behaviour», Obeme, M., Nairobi Uníversity).
El personal de la estación terrestre está muy preocupado por su compañero Schwartzberg. Sospechan, y con razón, que algo anda mal, muy mal, en él. Dudan de su salud mental.
- Os digo que está loco, loco de atar - dice uno de ellos -. Está completamente obsesionado con ese Yul.
- Obsesionado es poco - opina otro -. Es absolutamente inabordable acerca de ese tema. No admite el menor comentario, aunque no sea desfavorable. Y después de todo, ¿por qué habría de ser desfavorable? No tenemos nada en contra de esos bichos.
- Que no te oiga llamar bichos a los Yul - interviene un tercer ~. Francamente, temo que sus reacciones se vuelvan todavía más violentas.
- No comprendo lo que le pasa.
- Yo diría - sugiere el primero - que está enamorado del Yul.
- ¡Absurdo! - exclama el segundo -. ¡Completamente absurdo! Es notoriamente imposible.
- No parece importarle.
- ¡Pero los Yul son batracios! Es decir, serían batracios si fueran animales terrestres. Pero es a lo que más se asemejan.
- Lo sé.
- ¡Tienen una piel verrugosa, que supongo que es viscosa v húmeda!
- Michel parece ignorarlo...
- Tienen grandes ojos sin párpados, grandes bocas sin labios...
- A Michel no le importa.
- ¡No son ni machos ni hembras! Todos los Yul son sexualmente iguales: isógamos. Su reproducción no se corresponde en absoluto con la nuestra.
- Michel da señales de no pensar así. Mirad, la cosa es muy seria. Tampoco se da cuenta de que la mayoría de las veces ni siquiera es el mismo Yul el que se encuentra con él en las diferentes ocasiones. Bien es verdad que estos seres están tan poco individualizados, que todos se parecen entre sí. Pero para Michel es siempre el mismo individuo: Gaziyel. Me pregunto de dónde habrá sacado ese nombre...
Mientras espera la llegada de Gaziyel, Michel intenta poner en orden sus pensamientos. La sensación de angustia que le atenaza es ahora continua; sólo la presencia del Yul puede calmarla momentáneamente, pero cuando Gaziyel se marcha, después es peor. La compañía de sus camaradas le resulta insoportable. No comprende qué puedan tener en contra de Gaziyel.
Los odia a todos.
¿Cómo se han vuelto de pronto tan estúpidos? No entienden nada. Hoy mismo, cuando se disponía a partir hacia la laguna, hasta le han insinuado que se tomara unos días de descanso dentro del campamento. ¿Descanso? ¡Qué tontería! Gaziyel es ahora su único solaz y descanso.
Ya aparece el Yul desde las profundidades de la laguna. Ante el cuerpo desnudo de Gaziyel, Michel nota un nudo en la garganta. Piensa en lo que sería acariciar su piel, pero inmediatamente desecha la idea. Se convence a sí mismo de que es a causa de su traje hermético, que le aísla del exterior, absolutamente inadecuado para la biología terrestre. La idea de que haya algo más queda sepultada en el fondo de su pensamiento, que ahora es como un pozo profundo en el que existen cosas, en relación con Gaziyel, que no osa sacar a la superficie. No sabe por qué, solamente que le angustian terriblemente.
Gaziyel habla, y Michel escucha las palabras que van saliendo del Traductor.
- Hablemos de los Estanques de Procreación - dice.
A Michel este tema ha empezado a parecerle odioso, no se atreve a pensar por qué. Pero no dice nada.
- Los Yul vivimos aislados - continúa Gaziyel -. El fondo de las lagunas es acogedor. Allí descansamos y nos alimentamos cuando la estrella está sobre el horizonte. Por la noche salimos fuera del agua, ocasionalmente. Entonces nos reunimos varios, a veces muchos, y construimos nuevos Estanques. Ampliamos también las lagunas y las unimos unas con otras por medio de canales. Quizá un día los Yul necesitemos más lagunas y Estanques.
Es cierto, pensó Michel. Los Yul son poco gregarios, suelen llevar una vida solitaria. Pero no es tampoco raro que se reúnan para llevar a cabo tareas colectivas, a veces de una cierta envergadura. Son hábiles para los trabajos hidráulicos, 10 que no es de extrañar.
- Hay un Estanque muy cerca de aquí - prosigue Gaziyel -, y pensé que te interesaría verlo. Nunca has visto ninguno, ¿verdad?
- No - responde Michel -. Nunca he visto un Estanque.
- No hay mucho que ver - agrega el Yul -. Un Estanque no es más que un Estanque. Lo que hace importante a un Estanque de Procreación es la cosa para la que sirve.
- Puede ser interesante.
- Seguro. Y además, hoy tengo que ir al Estanque. Noto que viene el Deseo.
Michel se encuentra en una situación que no acaba de encarar. No puede aceptar objetivamente que el Deseo del Yul no tiene nada que ver con la excitación herpética que experimenta su especie, y que la inmersión en el Estanque es sólo un remotísimo equivalente del acto amoroso terrestre. Pero Gaziyel ha comenzado a caminar entre los árboles, y Michel tiene que seguir al Yul, cargando con el Traductor por medio de una correa que pasa sobre su hombro. M cabo de un rato Gaziyel se detiene y señala con la mano. Michel mira y percibe entre los árboles la silueta de un Yul, más grande que Gaziyel, que luce una ostentosa cresta rojiza a lo largo de la espalda.
- Yul-Din - aclara Gaziyel.
Michel comprende que el Yul-Din se dirige también al Estanque que Gaziyel busca para sumergirse, y siente como una llamarada de odio y de confusión al recordar cómo los Yul prefieren compartir sus Estanques con los Yul-Din.
Los protomachos.
Gaziyel prosigue su camino, y el Yul-Din se esfuma en silencio entre los árboles. Michel se apresura a seguir al Yul.
Al final llegan al borde del Estanque de Procreación. Es como una piscina, más bien pequeña, de forma irregular, vagamente ovalada. En ese mismo momento, otro Yul sale del agua. Michel hace caso omiso del hecho, pendiente de los actos de Gaziyel. El Yul se despoja de la tela mojada que ha protegido su piel durante el trayecto por el bosque y el terrestre advierte cómo la piel está inflamada a ambos lados del cuello y palpita alrededor de los opérculos de los gametóforos. Gaziyel mira al cielo, y a Michel le parece que su rostro de anfibio está como transfigurado. Apenas se atreve a respirar.
El Yul apoya sus manos sobre los hombros, cruzando los brazos por delante del pecho, y lentamente penetra en el agua, que lo va cubriendo poco a poco, pues el Estanque es profundo. Al cabo Gaziyel está completamente dentro de las aguas y fuera de la vista del terrestre. Pasan los minutos mientras Michel se imagina al Yul yaciendo sobre el fondo, inmóvil, rindiéndose al Deseo...
Y de repente el terrestre se da cuenta de que no está solo. Se vuelve y ve junto a sí al Yul-Din, que contempla también la superficie del Estanque. Es evidente que espera la salida de Gaziyel para sumergirse a su vez en las aguas. Y Michel no puede permitirlo. Siente como si algo estallara dentro de su cabeza, que no puede soportar por más tiempo aquella situación, ni la presencia de su... rival... Saca la pistola láser de su estuche y dispara una y otra vez sobre el Yul-Din, que se desploma junto a la orilla del Estanque con la piel humeante. Se oye un grito que el Traductor, abandonado en el suelo, no sabe interpretar: Gaziyel ha salido del Estanque en ese mismo momento.
Michel Schwartzberg, terrestre, abre el cierre hermético de su casco, y el aire extraño del planeta comienza a sofocarlo. Su piel arde. Contiene la respiración y, medio ciego, se quita rápidamente el traje aislante. Luego, desnudo, se dirige al Estanque de Procreación y penetra en él.
Las aguas se cierran enseguida sobre su cabeza.
|