CONTENIDO LITERAL

("Historias sobre todo inverosímiles", comentario de Adolfina García. Derechos de autor 1997, Gigamesh)

Cuando se terminan de leer las Historias sobre todo inverosímiles de Alisdair Gray, una se queda perpleja, y no precisamente por la originalidad y la imprevisibilidad de sus temas y planteamientos -que también-, sino por lo irregulares que resultan sus relatos.
Junto a auténticas maravillas como son "El gran culto al oso", que satiriza la obsesión por las modas de la sociedad contemporánea; "La propagación de Ian Nicol", en la que un pobre hombre, remachador de oficio, sufre una mitosis; o "La comedia del perro blanco"; se encuentran relatos más o menos entretenidos ("La manivela que hizo revolución", "La causa de algunos cambios recientes"), guiños al lector más o menos tontucios (véase "Historia verosímil en marco no matrimonial" e "Historia verosímil en marco doméstico"); y auténticos tostones: sin duda "Logopandocia" tiene un gran mérito experimental, pero he sido incapaz de leérmelo entero, y otro tanto me ha pasado con "Cinco cartas de un imperio oriental". No obstante, y aunque sólo sea haciendo honor a los cuatro o cinco mejores relatos, no puede decirse que Historias sobre todo inverosímiles no merezca la pena.