En esta saga los héroes no son humanos sino felinoides con su planeta y su civilización extrapolando las características sociales de los leones y gatos; todo ello injertado en un conglomerado galáctico -no humano- ligado por el comercio. Escenario perfecto para una opereta espacial. En esta ecúmene tan colorida irrumpen involuntariamente los humanos (anglosajones blancos), pero no como conquistadores, ni siquiera como diplomáticos, sino como piezas de caza y chambalacheo. |