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("Círculo de Jericó [el]", comentario de Pedro Jorge Romero. Derechos de autor 1995, Pedro Jorge Romero)

Chaucer escribió Los cuentos de Canterbury, Boccaccio El Decamerón y César Mallorquí ha compuesto El círculo de Jericó. Y no intento ejercer la ironía, esas son las referencias clásicas que se dan en la introducción. Curiosamente entre tanto clásico se omite nombrar la novela de ciencia ficción que más se acerca a la estructura de El círculo de Jericó: Hyperion de Dan Simmons. Pero hay una diferencia: Hyperion era una novela dentro de la cual se narraban otras historias, mientras que El círculo de Jericó es una recopilación de cuentos hábilmente transmutada en fixup
El fixup es una forma muy común dentro de la ciencia ficción. En principio, la perfecta exposición de una idea y sus consecuencias cabe adecuadamente dentro de los límites de una novela corta e incluso en menor espacio. Por tanto, es natural que el género lo haya considerado siempre una forma ideal: se escriben varias historias y luego se ensamblan para formar un todo mayor. Así han nacido clásicos como Un cántico por Leibowitz y Fundación. Pero para que el fixup funcione de verdad el conjunto final debe ser mayor que la suma de sus partes.
El primer problema de esta recopilación (porque en suma, de eso se trata) es su falta de selección. Aparece aquí prácticamente todo lo que César Mallorquí ha publicado en los últimos años, sin haber intentado elegir lo mejor, o lo más adecuado. Eso lleva a la inclusión de cuentos muy malos, como "El mensaje perdido" que hubiese sido mejor dejar fuera, junto a buenos cuentos como "La pared de hielo". La ventaja es que podemos hacernos una idea de las realidades y posibilidades de César Mallorquí el escritor.
Cuentos como "El mensaje perdido", "El escritor, la muerte y el diablo" o "El hombre dormido" nos permiten examinar sus defectos y sus virtudes como narrador.
"El mensaje perdido" demuestra la tendencia de César Mallorquí a mezclar elementos inconexos para crear sus historias. Aquí simplemente no le funciona y el relato naufraga incluso antes de salir de puerto. Se trata de una unión de fragmentos de cuentos, una especie de monstruo de Frankenstein al que se le deshacen las costuras.
César Mallorquí es un gran narrador, pero el problema es que lo sabe y cree que ese conocimiento le salvará. "El escritor, la muerte y el diablo" está escrito con rapidez, de cualquier forma. El argumento no es malo, pero las frases podrían escribirse de cualquier otra manera y el cuento seguiría siendo el mismo. No hay trabajo literario, no se nota una voluntad de buscar la mejor expresión del relato.
Y, cuando se queda bloqueado, recurre al cliché, intentado que la fuerza de la narración oculte el hecho de contar cosas ya contadas. No siempre le funciona, y "El hombre dormido" no es nunca un cuento, en la medida en que permanece un conjunto de lugares comunes.
Estos defectos parecen ser más producto de la falta de ganas que otra cosa. La prueba está en que cuando César Mallorquí se esfuerza y cree en lo que hace, es capaz de escribir buenos cuentos como "Materia oscura" y "El rebaño" , o magníficos relatos como "La pared de hielo" y "La casa del doctor Pétalo". En esos momentos es cuando demuestra sus habilidades como escritor.
Uno sabe inmediatamente cuando está leyendo un cuento de César Mallorquí. Sabe darles un estilo propio muy determinando y fácil de identificar. Y que uno está leyendo un cuento de César Mallorquí queda claro desde la primera línea de "La pared de hielo". Es posiblemente el cuento más cercano a la ciencia ficción que contiene el volumen. Su argumento, que versa sobre la manipulación genética y el control químico de la conducta, se desgrana en una serie de flashbacks que le dotan de un ritmo ágil e intrigante. La historia queda por tanto perfectamente desarrollada y es el cuento mejor estructurado, y con más fuerza, de todo el libro.
"La casa del doctor Pétalo" es el único inédito de esta recopilación. Finalista del premio UPC 1993 la primera impresión que deja es que claramente debía haber ganado ese premio. La historia en sí es clara y evidente desde la primera página, algo que como ya he dicho puede suceder con los cuentos de César Mallorquí, y los personajes se comportan sin salirse jamás del papel arquetípico que tiene asignado, pero esta vez las habilidades de narrador, lo que los anglosajones llaman storytelling, le sirven muy bien y la historia se lee con el placer de la relectura inteligente de un clásico.
Me he dejado deliberadamente la última de las historias. "El círculo de Jericó", que da título al volumen, es el cemento que pretende convertir esta recopilación en un fixup. Lo consigue a medias. La historia no es sino una reelaboración de "Materia oscura", y relata el encuentro de un escritor y su familia con un extraño grupo que cuenta historias aun más extrañas (esas mismas que componen el volumen). Supongo que César Mallorquí se identifica con el escritor protagonista, aunque yo creo que está más cerca de los otros personajes, aquellos que cuentan las historias. Pueden hacerlo mejor o peor, pero su tarea es narrar cuentos. Aunque a uno le queda la impresión final que el truco de usar narradores de historias para unir cuentos disímiles en un todo es demasiado fácil.
Lo ideal ahora sería poder leer una obra larga de César Mallorquí. Esta recopilación es paradójicamente demasiado y demasiado poco para juzgar.
El César Mallorquí de este volumen es un escritor con estilo propio y diferenciado, que domina muy bien los aspectos técnicos de su trabajo, pero que parece tener problemas para encontrar temas que contar y las ganas necesarias para hacerlo. Una aplicación más inteligente de sus virtudes y una guardia constante para evitar sus defectos podrían convertirle en ese escritor de futuro del que se habla en la introducción.