CONTENIDO LITERAL

("Presentación", artículo de Miquel Barceló. Derechos de autor 1989, Miquel Barceló)

Serpiente del sueño es la mejor novela de ciencia ficción publicada en el año 1978 en Estados Unidos. Viene avalada por los premios mayores de la ciencia ficción norteamericana. Obtuvo en primer lugar el premio Nebula 1978 otorgado por la Sociedad norteamericana de escritores de ciencia ficción (SFWA - Sciencie Fiction Writers of America) en su reunión anual de 1979. Posteriormente, en julio de 1979, se anunciaba en el fanzine Locus que Serpiente del sueño había sido seleccionada por los lectores del influyente fanzine como la mejor novela de ciencia ficción del año. Y finalmente, en la SEACO 79, la convención mundial de la ciencia ficción que tuvo lugar del 23 al 27 de agosto de 1979 en Brighton (Gran Bretaña, Serpiente del sueño se alzó también con el premio Hugo 1979.
Así, Vonda N. McIntyre lograba con su segunda novela ponerse al mismo nivel de los escasos autores que habían logrado el codiciado triplete con un mismo libro. Hasta ese año era sólo privilegio de algunos autores ya consagrados, como Larry Niven con Mundo anillo (1970), Isaac Asimov con Los propios dioses (1972), Arthur C. Clarke con Cita con Rama (1973), Ursula K. LeGuin con Los desposeídos (1974), Joe Haldeman con La guerra interminable (1975) y Frederik Pohl con Pórtico (1977).
Para ello había sido necesario que Vonda interviniera en el taller de escritores de Clarion (Clarion science fiction writer's workshop) de 1970 y descollara después con la publicación en Analog del relato "On mist, and grass, and sand" que obtuvo el premio Nebula 1973 en la categoría de relato y que también había sido finalista del premio Hugo Serpiente del sueño es precisamente la extensión a novela de este relata. Tal situación no deja de ser común en la ciencia ficción, pero no siempre la novela construida sobre la base de un buen relato premiado obtiene a su vez el mismo éxito: recientemente el relato "Blood music", de Greg Bear, obtuvo el Nebula de 1983 y el Hugo de 1984, pero la versión novelada, Música en la sangre, no recabó ningún galardón pese a lo engañosa que pueda ser la portada de la edición española de dicha novela.
Volviendo a Serpiente del sueño, hay que reconocer que cuando una novela de una autora casi inédita obtiene simultáneamente el reconocimiento de los profesionales (Nebula), los especialistas (lectores de Locus) y los aficionados que asisten a las convenciones (Hugo) es porque el libro es muy completo y satisface una gran variedad de gustos.
Para muchos lectores, Serpiente del sueño será un libro brillante y entretenido; rico en personajes creíbles y bien dibujados, con escenarios convincentes y al mismo tiempo una historia de aventuras tierna y compasiva como la ha caracterizado Joanna Russ. Precisamente a raíz de la publicación de Serpiente del sueño, Vonda N. McIntyre fue elegida para escribir las novelizaciones de las películas de la famosa serie Star Trek. Claro indicio de su gran habilidad como narradora y del atractivo de su estilo incluso desde un punto de vista exclusivamente popular.
Pero las páginas de Serpiente del sueño esconden algo más que una simple aventura que nos emociona y entretiene. En el viaje de la curadora Serpiente en busca de una serpiente del sueño puede encontrarse algo más y a ello quiero referirme ahora.
Vonda N. McIntyre ha reconocido explícitamente sus convicciones feministas: En 1976 editó junto a Susan Janice Anderson una antología de relatos de ciencia ficción feminista titulada Aurora: beyond equality en la que se incluían también relatos no escritos por mujeres. Y como es de esperar, los personajes centrales y positivos de sus principales novelas son mujeres.
The exile waiting (1975) fue su primera novela, cuyo título fue extraído de un verso de Ursula K LeGuin. La narración presenta una compleja y sinuosa trama en torno a una Tierra demolida y desesperanzada en la que la heroína, Misha, se librará de la esclavitud hasta alcanzar la libertad. Pero la trama aventurera (inteligente y entretenida) no esconde el interés de la autora por el tema de la esclavitud impuesta pero también aceptada, de la que el ser humano debe liberarse para madurar y alcanzar la completa humanidad. El que el personaje central sea una mujer no es casual.
En Serpiente del sueño (1978) nos encontramos con la expresión más completa y profunda de la preocupación de Vonda N. McIntyre por el problema del género y los papeles sociales asignados a los sexos. La trama parece simple y es fascinante. La novela nos muestra tal vez una Tierra del futuro en la que emergen los clanes; las tribus y las ciudades y en la que incluso existe el contacto con unos misteriosos Extraños venidos de las estrellas. En ese mundo la curadora Serpiente practica una neomedicina que combina recursos biocientíficos con la utilización del veneno de las serpientes para sanar a los enfermos. Pero la pérdida de una de sus serpientes la llevará a un largo viaje en su intento por conseguir una nueva serpiente del sueño para reemplazar a su compañera Silencio. Se trata de una novela de viaje que algunos críticos han comparado al viaje de La mano izquierda de la oscuridad, de Ursula K. LeGuin. Evidentemente no son casuales estas continuas referencias en la obra de McIntyre a sus maestras Russ y LeGuin. La problemática que esas autoras abordan es similar
En el viaje de Serpiente descubrimos que en ese mundo pocos hombres desempeñan roles importantes. Las guardianas, las líderes de clan, las conductoras de caravanas, las posaderas, las maestras, etc. son todas del sexo femenino La mayoría de personajes masculinos tienen papeles poco lucidos, como el gobernador de Montaña, el brutal Ras y el albino Norte. Tan sólo el gentil y perseverante Arevin no es ni brutal ni débil, pero tampoco es muy importante en el relato... en el fondo parece ser el contrapunto de la activa Serpiente y un cierto reposo del guerrero en esa inversión del papel de los sexos que tan brillantemente describe McIntyre.
Pero esa voluntad de la autora topa con un grave escollo en la traducción al castellano de Serpiente del sueño. Dentro del mundillo de la ciencia ficción se atribuye a Ursula K LeGuin la frase que reza "El lenguaje de la tribu es el lenguaje de los hombre". Ello es todavía más cierto en castellano, donde el artículo y los sustantivos disponen obligatoriamente de género. En el inglés del original de la novela, Vonda N. McIntyre logra un efecto sorprendente. Siento la obligación de explicar aquí este punto ya que, inevitablemente, la traducción al castellano ha tenido que oscurecerlo un tanto para ser fiel a las características de nuestro idioma.
Por poner un ejemplo; cuando Serpiente va a la farmacia de Montaña, McIntyre nos presenta a su propietaria como the propietor (que puede ser tanto "el propietario" como "la propietaria"), después como the chemist (que también indica tanto "el farmacéutico" como "la farmacéutica"), y es casi al final cuando McIntyre usa el pronombre femenino she (ella), que declara finalmente el sexo del personaje. El efecto en el lector del original inglés es sorprendente. Como muy bien dice LeGuin, el lenguaje de la tribu es el lenguaje de los hombres, por efecto de la costumbre, el lector del original inglés imagina indefectiblemente que se trata de un personaje de sexo masculino y, cuando el verdadero género del personaje se revela, el lector consciente no puede hacer otra cosa que reflexionar sobre los prejuicios que él mismo (o ella misma) posee sobre el papel de los sexos en nuestra sociedad. El efecto es altamente educativo
Todo ello debe perderse ineludiblemente en la traducción al castellano ya que desde el primer momento conocemos el sexo de los personajes porque en nuestra lengua el artículo y el sustantivo disponen obligatoriamente de género. No en vano nuestra palabra "machismo" es también el vocablo usado en otras lenguas para describir esa corrupción social tan habitual en nuestra sociedad. Siempre me ha parecido sorprendente que las formas sociales de las culturas dominantes en nuestro planeta se resignen tan fácilmente a considerar que la mitad de los seres humanos sean considerados especímenes "de segunda categoría". Y me parece lógico que personas como Vonda N. McIntyre y tantos otros se rebelen ante ello.
Vonda N. McIntyre ha expresado varias veces su convencimiento de que las personas son seres humanos con independencia de su sexo. Ello se muestra en su ciencia ficción, que responde a lo expresado en una entrevista realizada en 1979 por Ed Naha para la revista Future Life. En ella Vonda N. McIntyre decía:
"Si yo quisiera escribir sobre una sociedad sexista, escribiría literatura general, no ciencia ficción. No veo ninguna ventaja en que quien sea feminista o humanista o algo así deba reconstruir los problemas de nuestra sociedad en la ciencia ficción. Creo que sería un desperdicio de la ciencia ficción. Creo que muchos escritores reconstruyen nuestra sociedad en la ciencia ficción porque se sienten a gusto con la actual vida de cada día. No es mi caso. Estoy interesada en el cambio, en otras posibilidades."
Esas posibilidades se manifiestan también en el segundo capítulo de esta novela, cuando Serpiente encuentra a Jesse (que es una mujer aunque su nombre tenga resonancias masculinas en inglés), Alex (varón) y Merideth (que es un nombre similar a Meredeth, masculino en inglés). El sexo de este último (o esta última) nunca se identifica en el original inglés y por ello el personaje puede ser tanto hembra como varón. Esta técnica literaria, que no es invento de Vonda N. McIntyre, presenta una clara lección feminista: el género es menos importante que las características y capacidades de una persona.
Para ilustrar algo más el modo de entender el feminismo de McIntyre hay que hacer notar que la anterior observación de que en la antología Aurora: beyond equality se incluyen relatos no escritos por mujeres no es ociosa. La visión del feminismo de Vonda N. McIntyre es abierta y se sintetiza tal vez en una frase de su entrevista con Paul Novitski para la revista Starship en 1979:
"El movimiento feminista no trata sólo de derechos, trata de responsabilidades."
Otro de los elementos que me gustaría destacar aquí es que aunque en Montaña se haya abolido la esclavitud y Brian y Larril sean ya esclavos libertos, siguen sirviendo a sus señores. Y con ello nos encontramos con otro de los temas centrales de McIntyre: la esclavitud y la servidumbre como algo en cierta forma aceptado por aquél (o aquélla) que lo sufre. Y el que esa idea esté también presente en una escritora feminista como Vonda N. McIntyre tal vez deba hacernos reflexionar, aunque no es éste el lugar para seguir incidiendo sobre ello. Además esta presentación está resultando ya demasiado larga y lo que interesa es, evidentemente, la novela.
Si el problema del género es uno de los centrales en la traducción incluso en el aspecto ideológico debo indicar aquí otra característica de tipo más técnico. Vonda N. McIntyre nos pidió que no utilizáramos la traducción literal de las serpientes y personajes que rodean a las curadoras y eligiéramos nombres que incluyeran el sibilante sonido de la letras . Por ello las tres serpientes de la protagonista: "Mist" (niebla), "Grass" (hierba) "Sand" (arena) han pasado a llamarse Sombra, Silencio y Susurro respectivamente. También la maestra de la protagonista, llamada "Silver" (plata) en el original inglés, ha pasado a llamarse Sándalo gracias a la inspiración de Rafael Marín, cuyo trabajo en esta "misión imposible" para un traductor ha sido de nuevo encomiable. No nos ha parecido conveniente cambiar el nombre de los caballos de la protagonista. Por ello el lector de nuestra traducción los conocerá como "Ardilla" ("Squirrel" en el original) y "Veloz" ("Swift" en el original), ya que hemos preferido mantener el presunto "carácter" de cada animal reflejado en su propio nombre.
Tal vez toda esta exposición pueda asustar al lector interesado en una narración más clásica y menos preocupado por el "mensaje" implícito en los textos. No debe asustarse nadie. Ya decía al principio que la novela ha merecido el reconocimiento tanto de los profesionales como de los estudiosos, especialistas y aficionados. Ello es así porque -junto a los aspectos ideológicos que he tenido que exponer para paliar el efecto inducido en la traducción por la riqueza terminológica del castellano- la novela es, además, un maravilloso relato de aventuras bien narradas que dispone de personajes bien caracterizados y que da como resultado una historia inusitadamente absorbente y entretenida.
Precisamente son esas las características que se exigen de la buena ciencia ficción: riqueza y profundidad de ideas servidas en una narración amena y atractiva. Y por lo que a ello respecta, esta novela de Vonda N. McIntyre es en realidad una obra maestra.