CONTENIDO LITERAL

("Presentación", artículo de Miquel Barceló. Derechos de autor 1989, Miquel Barceló)

Uno de los subgéneros más habituales en el seno de la ciencia ficción es la narración de ámbito interestelar, repleta de acción y aventuras, que posiblemente fue el esquema más utilizado en las narraciones de los años veinte y treinta. Sus características hicieron que en 1941 Wilson Tucker propusiera el término space opera (ópera espacial) para identificar esas narraciones de cariz aventurero que transcurrían en torno al viaje interestelar. El nombre deriva, con clara intención peyorativa, de las soap opera (literalmente "óperas de jabón") que era la denominación popular de los seriales radiofónicos de la época patrocinados por marcas de detergentes.
El término fue acuñado en tono crítico para destacar la ingenuidad literaria y el carácter de cliché de ciertas narraciones de la primera época de la ciencia ficción. Tiene su equivalente en la ya muy tradicional novela de aventuras del oeste (la horse opera u "ópera de caballos") en la que se ha sustituido el caballo por la nave espacial, el revólver por la pistola de rayos y las anchas llanuras del oeste norteamericano por el espacio interestelar sin fin.
Aunque el término space opera mantiene todavía, para algunos, muchas de las características peyorativas que tuvo en los años cuarenta y cincuenta, se utiliza más recientemente con un cierto grado de nostalgia y sirve para identificar cualquier narración de aventuras espaciales, en particular aquéllas en las que la acción tiene un papel preponderante e incluso definitivo.
Puede decirse que, con estos elementos, la space opera ha sido uno de los subgéneros de la ciencia ficción que más ha resistido al cambio y a la modernización. Sus tramas argumentales han pecado demasiadas veces de esquematismo, los personajes no tenían prácticamente ninguna profundidad psicológica y las narraciones rezumaban un etnocentrismo excesivo. El protagonista solía ser un joven aventurero terrestre, rubio y apuesto, tal y como ha popularizado el Han Solo de la saga cinematográfica de La guerra de las galaxias de George Lucas.
Ha habido que esperar a los años ochenta para que la space opera, uno de los subgéneros más entrañables de la ciencia ficción, alcanzara la madurez. Y ello ha sido posible gracias a una obra que marca un punto a partir del cual perdura la acción y la aventura pero más allá del limitado esquema del etnocentrismo machista que había sido su elemento central hasta ahora. Se trata, evidentemente de El orgullo de Chanur (1982) de C. J. Cherryh, que ha resultado ser el inicio de una saga de aventuras galácticas no protagonizadas por varones humanos y que se desarrolla en el seno de un inestable Pacto entre varias de las especies más sorprendentes que ha creado la ciencia ficción.
Ha sido precisamente el gran éxito de El orgullo de Chanur en Estados Unidos lo que ha llevado a su autora a seguir desarrollando las grandes posibilidades abiertas en el universo del Pacto. Nos encontramos, en este caso, con una nueva space opera en la que se realizan dos modificaciones muy importantes y fundamentales para la madurez del subgénero. Por una parte Cherryh huye del etnocentrismo habitual presentando la aventura y la acción desde la óptica de los hani, una raza de leones de forma humanoide, y, al mismo tiempo, abandona el punto de vista de los de los personajes de sexo masculino para centrar el relato en las peripecias de una capitana hani. Y, además, entre los hani se da también una intencionada inversión del papel de los sexos respecto de lo que ha sido habitual entre los humanos.
Y junto a ello, la saga de Chanur nos ofrece también aventura y acción como corresponde a la space opera y también ese inestimable e imprescindible "sentido de la maravilla" que se traduce en las diversas especies que componen el Pacto y, sobre todo, en sus complejas interrelaciones político-comerciales que superan en mucho la simple trama habitual en la clásica space opera.
Todo ello es mucho más visible en las tres últimas novelas de la saga: La aventura de Chanur, La venganza de Chanur y El regreso de Chanur. En realidad El orgullo de Chanur es una novela aislada que no pretendía ser el inicio de una serie y cuyo éxito propició la aparición de la saga. Por un acuerdo con su editor norteamericano, Cherryh (tal y como cuenta en una "Nota de la autora" que se incluye al final de este tercer volumen de la serie) ha escrito como continuación un largo relato de más de un millar de páginas que se ha editado, también en Norteamérica, en tres volúmenes. Pero lejos de forzar artificialmente conclusiones parciales a cada uno de los tres libros, la autora se ha decidido por mantener su unidad. Se respeta en cierta forma el esquema tradicional de planteamiento, nudo y desenlace que corresponden respectivamente a cada una de las tres últimas novelas de la serie.
La presente novela se anunciaba en la edición norteamericana como "La venganza de Chanur" pero finalmente, al editarse en los Estados Unidos, recibió e1 casi ridículo título de Los Kif contraatacan, que procede evidentemente del mimetismo, buscado por los editores, con la famosa saga cinematográfica de La guerra de las galaxias de George Lucas. Después de consultar a la autora hemos decidido seguir su consejo y devolver al libro el título original por ella deseado. Así se unifican en cierta forma los títulos de las cuatro novelas de la saga de Chanur.
La venganza de Chanur es una continuación inmediata de los hechos narrados en La aventura de Chanur que quedó claramente inconclusa. Aunque no sea el proceder más recomendable, los lectores que se incorporen ahora a la narración de las hazañas de la capitana hani Pyanfar Chanur disponen al principio de este libro de una breve sinopsis argumental de lo ocurrido hasta ahora. Aunque mi consejo es, como es lógico, la lectura secuencial de la serie.
Conviene tal vez recordar que al final del anterior volumen, La aventura de Chanur, se puede encontrar un apéndice que resume las características centrales del Pacto y las especies que lo forman. Aunque, como mostrará claramente La venganza de Chanur, tal vez en ese apéndice hay algunas simplificaciones excesivas sobre todo en lo que hace referencia a ese intento de considerar como un bloque a cada una de las especies que forman el Pacto.
Es precisamente la existencia de posibles facciones dentro de cada una de las especies y los inevitables enfrentamientos entre ellas lo que otorga toda su complejidad a la trama del presente libro. En él se mantiene el interés por la aventura y un alto ritmo narrativo en la descripción de las acciones. Pero lo sorprendente es la complejidad de la trama político-comercial subyacente y el impreciso carácter de las alianzas que se forman.
Sobre este punto, Faren Miller, en su comentario en el famoso fanzine Locus ha dicho de esta novela que:
"Sólo C. J. Cherryh puede escribir una space opera de gran suspense e incorporar en ella maniobras políticas de tal complejidad que John LeCarré tendría dificultades para seguirlas."
Y ésa es en realidad la impresión que produce La venganza de Chanur: una continua acción y aventura salpicada por la incertidumbre de no saber de qué lado se encuentra cada uno de los personajes centrales, a excepción de la propia Pyanfar Chanur y, tal vez, su compleja tripulación formada por experimentadas navegantes hani, un macho hani, un humano e, incorporado en este volumen, incluso un kif.
Y debo advertir que, en mi opinión personal, la serie de Chanur adquiere en este libro un alto grado de interés que no es ajeno a la clara incertidumbre por el devenir de las frágiles y dudosas alianzas que empezamos a vislumbrar. Pero el elemento más atractivo sigue siendo la continua tensión narrativa y la encadenación de los momentos de crisis. La ágil prosa de Cherryh logra aquí ese tópico tantas veces citado de un libro que es difícil abandonar hasta llegar a su conclusión.
Y esa conclusión se encuentra de forma parcial al final de este volumen, aunque culmina de forma definitiva en el cuarto y último volumen de la serie. El regreso de Chanur, en el que se explican todos los misterios y se resuelven todas las tramas en un gran fin de fiesta todavía más sorprendente que lo mucho que ofrece el libro que el lector tiene en las manos. Pero ésa es otra historia...