|
CONTENIDO LITERAL
("Presentación", artículo de Miquel Barceló. Derechos de autor 1988, Miquel Barceló)
Los premios Nebula son los Óscar de la ciencia ficción. La elección se realiza anualmente en el seno de la Science Fiction Writers of America (SFWA, Sociedad norteamericana de escritores de ciencia ficción), y son los mismos escritores quiénes seleccionan las mejores novelas y relatos de cada año. Los premios que corresponden a textos publicados el año 1986 se dieron a conocer a principios de mayo de 1987 en el banquete anual correspondiente, siguiendo una ceremonia tradicional que se inició en 1965.
Otro de los premios famosos de la ciencia ficción americana, el Hugo, se elige por votación directa de los miembros de la convención mundial anual de la ciencia ficción, lo que le confiere un carácter quizá más popular. Sin embargo el hecho de que la concesión del Nebula se realice unos meses antes influye evidentemente en los premios Hugo y también en la lista del premio Locus, otro de los más relevantes en el género de la ciencia ficción.
Valga como ejemplo de la creciente importancia, prestigio e influencia del premió Nebula el hecho de que, en 1987, la novela La voz de los muertos de Orson Scott Card se alzó con el Nebula y posteriormente con el Hugo y el Locus. El hecho se repite en las demás categorías. Así la novela corta premiada con el Nebula: R & R de Lucius Shepard (D & D en la traducción de Albert Solé para este libro) obtuvo el premio Locus y fue segunda en el Hugo que recayó en Gilgamesh in the outback de Robert Silverberg, finalista en el Nebula. Dada la abundancia de relatos, la repetición de premios en esta categoría debería ser mucho más difícil, pero también el relato corto premiado con el Nebula: "Tangens" de Greg Bear, obtuvo el premio Hugo y quedó cuarto en la votación del Locus que recayó en "Robot dreams" de Isaac Asimov, finalista del Nebula. También el relato vencedor del Hugo, "Permafrost" de Roger Zelazny, había sido finalista en el premio Nebula.
En cualquier caso, además de esta evidente influencia en la selección de títulos de otros premios, el prestigio creciente de los Nebula está ampliamente justificado por el nivel y los intereses de los que realizan la nominación y la votación final: los mismos escritores, que conocen claramente las dificultades propias de su oficio, y saben reconocer un trabajo bien hecho.
Tal vez por ello, la selección de los premios Nebula tiende a fijarse en los aspectos más literarios, en detrimento a veces de otros elementos esenciales en la narrativa de ciencia ficción. Se ha dicho que la ciencia ficción es una "literatura de ideas" aunque durante muchos años primaron las ideas sobre la forma literaria y precisamente éste ha sido el rasgo característico de la ciencia ficción llamada "clásica" de los años cuarenta y cincuenta.
Posteriormente, la revolución de la new wave aportó el necesario experimentalismo literario para conseguir finalmente un género maduro que se caracteriza todavía por la riqueza de ideas y también por el mayor nivel literario conseguido por autores como Card, Benford, Attanasio, Bear, Brin y tantos otros que configuran ya la nueva ciencia ficción de finales de siglo.
Por ello no es de extrañar que en la selección y votación realizada por los profesionales destaquen relatos en los que el elemento fundamental reside en la calidad literaria de su escritura aunque las ideas no sean de las más habituales en la ciencia ficción tan interesada en la especulación inteligente y arriesgada. Lógicamente los escritores están interesados en las complejidades técnicas de su propia profesión y una buena realización es altamente valorada aunque el contenido propiamente "cienciaficcionístico" sea débil. Así, en esta selección se pueden encontrar relatos de maravillosa factura que no desmerecerían en una colección de eso que los anglosajones suelen llamar mainstream y que podríamos traducir como la "corriente general de la literatura".
Así ocurre con varios de los relatos de esta selección. Su calidad literaria les permite una menor entidad especulativa que puede sorprender al. lector "clásico" de ciencia ficción. Posiblemente el hecho de que se hallen reunidos en este volumen proceda de que sus autores son miembros de la SFWA y no por su estricta pertenencia temática al género. Aunque, ¿quién sería capaz de delimitar claramente las fronteras de la ciencia ficción?
El editor de la selección de este año, George Zebrowski, es también escritor y editor en el campo la ciencia ficción. Como ha sido habitual en sus tres años de edición de los premios Nebula, su trabajo ha recogido a todos los premiados en las categorías de relato y novela corta, así como algunos relatos nominados y varios artículos sobre la ciencia ficción. El volumen se completa con la inclusión de un interesante relato de Orson Scott Card vencedor en la categoría de novela por La voz de los muertos (publicada como número uno de nuestra colección).
El banquete del año 1987 otorgó uno de los escasos premios a un Gran Maestro, con lo que la SFWA reconoce los méritos y logros de un autor vivo a lo largo de toda su trayectoria profesional. En 1986 el indiscutible Isaac Asimov se incorpora así a la reducida lista de Grandes Maestros de la ciencia ficción. Zebrowski ha incluido en el volumen un divertido texto de Asimov en el que nos cuenta cómo llegar a ser un Gran Maestro y también, por derecho propio, su relato "Sueños de robot" finalista de Nebula y, recordemos, vencedor del Locus y segundo en el Hugo.
Esta vez se incluyen en la selección los poemas galardonados con el premio Rhysling, que toma su nombre en homenaje a un conocido personaje de Robert A. Heinlein. Indudablemente la poesía debe ser leída en su lengua original Por ello incluimos el texto en inglés acompañado de la traducción libre realizada por Albert Solé. Creemos que es la mejor forma de ser respetuoso con una forma literaria que también existe dentro de la ciencia ficción.
Encontramos de nuevo en la selección de este año el comentario de Algis Budrys, que tiene gran fama como crítico dentro del género. El texto de Budrys deja entrever el trasfondo del enfrentamiento entre Card y Shirley, que ha sido durante estos últimos años una de las comidillas del reducido mundo de la ciencia ficción, donde parece que el repetido e indiscutible éxito de Orson Scott Card no haya gustado a algunos. Tal vez deba decir aquí que, aun abominando de estos enfrentamientos un tanto fratricidas, por la obra leída hasta ahora, personalmente prefiero a Card sobre Shirley como demuestra mi repetida selección de sus novelas en esta colección.
Complementa el volumen el habitual repaso al cine norteamericano de ciencia ficción del año 1986 elaborado de nuevo por Bill Warren. La colonización cultural norteamericana es tal que son precisamente su cine y su televisión los que tenemos más fácilmente al alcance. Prueba de ello es que las mejores películas citadas en el artículo han podido ser vistas en España e, incluso, el Max Headroom televisivo se pasó en el tercer canal de la televisión catalana (TV3) y, por cierto, con tanto éxito que tuvo que ser repuesta pocas semanas después. Por ello el texto de Warren ha de ser útil también para el aficionado español.
Debo confesar que soy el único responsable de que la abreviación de "ciencia ficción" se utilice aquí en su forma anglosajona: SF. Nunca he llegado a aceptar eso de "CF", porque imposibilita la referencia a un segundo significado de las siglas anglosajonas que me parece de capital importancia en la ciencia ficción de finales de siglo.
Afortunadamente para la lengua inglesa (y también para la francesa) las iniciales SF significan a un tiempo "science fiction" (ciencia ficción) y "speculative fiction" (ficción especulativa). Esta ambivalencia interpretativa ha hecho que siempre haya preferido SF a CF, de la misma forma que han venido haciéndolo durante muchos años los editores de la famosa revista Nueva Dimensión, hoy lamentablemente desaparecida. Reconozco que la forma SF no es correcta en castellano pero creo que está suficientemente enraizada entre los aficionados al genero para que no moleste a nadie
Y volviendo a la selección de relatos, creo que el conjunto constituye una de las mejores antologías posibles de lo publicado durante el año 1986 en Norteamérica. Siempre he creído que la ciencia ficción encuentra algunos de sus mejores momentos en los relatos o novelas cortas. Y este volumen es buena prueba de ello.
|