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CONTENIDO LITERAL
("Presentación", artículo de Miquel Barceló. Derechos de autor 1988, Miquel Barceló)
Huevo del dragón fue la primera novela de Robert L. Forward, un científico de fama mundial en el campo de la astronomía gravitatoria. Desde su aparición en 1980 fue saludada como un hito en la ciencia ficción de tipo hard, aunque gran parte de su encanto procedía también de la divertida e irónica historia de la civilización de los cheela, los curiosos y entrañables habitantes de una estrella de neutrones.
El indiscutible éxito en Norteamérica promovió la aparición de esta continuación titulada Starquake (1985) que nos hemos atrevido a traducir literalmente (se trata de un concepto nuevo utilizado en el estudio teórico de las estrellas de neutrones) como Estrellamoto. El nombre indica, evidentemente, un "seísmo en una estrella", y tal vez seísmo estelar habría resultado un título más prudente, pero seguramente menos adecuado. En esta segunda novela se complementa la interacción entre humanos y cheela y se profundiza en la descripción de la "era moderna" de la historia de los cheela. Y todo ello sin olvidar las maravillas de la ingeniería de la materia ultradensa que dan forma al aspecto hard de la narración.
En lo que hace referencia al resto de la traducción hay que reconocer que los nombres de los cheela pierden mucho al tener que ser traducidos, pero no hacerlo habría sido claramente injusto con la inventiva de Forward y su hija Eva. Creo que el traductor José María García, ha logrado transmitir la mayor parte de las múltiples significaciones e incluso ha rizado el rizo con el nombre de la doctora P.(.Ta-McCoy que, evidentemente, debe leerse "Pepita-McCoy" (procede del original M.D.Len-McCoy cuya sonoridad evoca en inglés "Madeleine-McCoy"). Asimismo es de justicia reconocer que fue también José María García quien tradujo Huevo del dragón, aunque los inevitables duendes de la imprenta cambiaran, en el último momento, su nombre por el de Albert Solé
Recordemos que las condiciones en la estrella de neutrones son, prácticamente, infernales. Una gravedad que supera sesenta y siete mil millones de veces la terrestre ha comprimido la estrella a una esfera de sólo veinte kilómetros de diámetro que experimenta una revolución (un "día" de Huevo llamado giro) en sólo 200 milisegundos. Y, por si ello fuera poco, además, la fuerza del campo magnético, un billón de gauss, altera los núcleos de la corteza y las reacciones químicas son reemplazadas por nuevas reacciones de neutrones. En ese mundo imposible se desarrolla la vida de los cheela, los seres ameboides de la corteza que experimentan en una hora el equivalente de más de cien años de vida terrestre. Los detalles técnicos de su anatomía y biología son también verosímiles por su correcta adaptación al difícil mundo en que viven.
Tras ser "civilizados" gracias al contacto con los humanos, los cheela superan muy pronto a la humanidad en conocimientos científicos gracias a las distintas escalas temporales de la vida de los cheela y de los humanos. Estrellamoto se inicia cuando el conocimiento científico de los cheela les abre las puertas de todo el universo y los exploradores humanos inician los preparativos para su retorno a la Tierra. Precisamente entonces, Huevo, la estrella de neutrones, sufre un grave seísmo que dejará tan sólo un puñado de supervivientes condenados a la barbarie. La única esperanza proviene de unos pocos cheela que, en ese momento, se encontraban en el espacio y deben enfrentarse a la necesidad de "aterrizar" sanos y salvos en la estrella de neutrones. La salvación de cheela y humanos será posible gracias a las maravillas de la maquinaria ultradensa inventada por los cheela: máquinas del tiempo de doble sentido, catapultas gravitatorias, distorsiones espaciales métricas de Kerr, etc.
Una vez más el Apéndice técnico incluido al final del libro puede orientar al lector sobre las arriesgadas especulaciones del Dr. Forward. Aunque parezcan disparatadas, tienen una base sólida. De las diez referencias bibliográficas que cita Forward, ocho corresponden a artículos científicos en los que se discute precisamente la practicabilidad de esta ingeniería de la materia ultradensa. El articulo de Tipler (1974) trata de la violación de las leyes de la causalidad por efecto de la rotación de cilindros de gran masa. Los de Carter (1966 y 1968) se refieren a la solución de Kerr a las ecuaciones de Einstein. Lo único que ha hecho Forward (y no es poco) ha sido utilizar estas especulaciones científicas para imaginar algunas de las máquinas de la ingeniería ultradensa de los cheela, fundamentales en la resolución de la trama de esta novela.
En el orden meramente técnico cabe hacer también una pequeña precisión. La trama de la presente novela transcurre en un único día de la escala temporal humana, durante el cual se suceden un centenar de generaciones cheela. Por ello ha sido necesario afinar la escala de tiempos relativos dando entrada a unidades más reducidas del tiempo cheela (ver Apéndice Técnico). El efecto ha sido la necesidad de recalcular con mayor precisión las equivalencias y, por ello, los lectores amantes de los detalles podrán percibir que, en este libro, un día del tiempo humano supone 3.000 gran de giros en Huevo en lugar de los 2.500 usados en Huevo del dragón.
La saga de los cheela ha sido saludada por la crítica y el público como un hito en la ciencia ficción hard. La arriesgada hipótesis de la posible vida en una estrella de neutrones es el eje indudable de la narración, pero a mi modo de ver, el interés reside también en las vicisitudes y aventuras de los propios cheela. En la primera novela, Huevo del dragón, el encanto se centraba en la irónica exposición de la historia de la civilización cheela que parodia en cierta forma la nuestra. En Estrellamoto, la cultura de los cheela sigue de cerca a la de la humanidad incluso en esa vida y organización social de los cheela "modernos", tan parecida a la humana.
En esta nueva novela conocemos el interior de la vivienda de un cheela, sus animales de compañía, sus plantas de jardín e incluso sus nuevos robots. También sabemos de los problemas políticos de los científicos cheela para disponer de fondos. Incluso es perceptible el especial desinterés de los cheela por continuar con ese proyecto de rescatar a los humanos que se hallan con problemas. La empresa se había iniciado con muchas ilusiones y su lento progreso recuerda muy claramente las limitaciones presupuestarias del proyecto espacial norteamericano De nuevo la civilización de los cheela es un espejo en el que se satiriza nuestra propia organización social con muchos guiños al lector enterado.
No hay que negar un elevado grado de ingenuidad en la narración que recuerda el estilo que había sido habitual en la ciencia ficción de los primeros años. La narración carece esta vez del tono casi épico que procedía del nacimiento de la civilización cheela descrita en Huevo del dragón. Tal vez por ello, esta incursión en la vida cotidiana de los habitantes de Huevo lleva a un indudable esquematismo en los personajes cheela, que son siempre de una sola pieza, sin dobleces y psicológicamente transparentes.
Aunque, evidentemente, el elemento a destacar en Estrellamoto es, de nuevo, la arriesgada imaginación especulativa de que hace gala el autor. Con ella nos devuelve el tono de la ciencia ficción basada en la ciencia que hizo famosos a autores como Asimov y Clarke en los años cuarenta y cincuenta y en la que descolló Hal Clement. Pero esta vez con la ayuda de los elementos de la ciencia de los años ochenta. Indudablemente, la saga de los cheela hará historia dentro del género por la ajustada combinación de maravillas científicas y tecnológicas y la abundante ironía utilizada en la descripción de la vida de unos de los más sorprendentes alienígenas de la historia de la ciencia ficción.
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