COMENTARIOS APARECIDOS SOBRE ESTE VOLUMEN

(Comentario de Xavier Riesco Riquelme publicado en el volumen Bem 51, ediciones Interface, colección Bem, número 51, edición de 1996. Derechos de autor 1996, Xavier Riesco Riquelme)
Esta novela se inscribe dentro de al ciencia ficción del tipo social, pero no presenta una extrapolación de toda una sociedad humana, como sería de esperar en una novela de ciencia ficción, sino sólo de una parte de esta: los Insomnes, seres humanos modificados genéticamente para que no tengan la necesidad de dormir -una buena idea, después de todo nos pasamos un tercio de nuestras vidas dormidos. Estos seres humanos modificados presentan otra serie de virtudes que los mantienen aparte de los humanos normales: no envejecen, no enferman, son mucho más inteligentes que los humanos normales y están llamados a controlar la economía mundial en base a estas virtudes. En realidad esto es una excusa para presentar la novela, el meollo radica en las diferencias que presentan. Es la asunción por parte de ambos bandos -durmientes e insomnes- de la diferencia lo que construye la novela. Así desde muy pronto -la novela empieza con la génesis e infancia del personaje que será el hilo conductor de esta historia del futuro- se plantea el problema de la discriminación, del rechazo, de la intolerancia. Da lo mismo que sean Insomnes, negros, judíos o chinos: la novela explora la consciencia del grupo que sabe que es diferente y que por eso será rechazado (de la misma manera que los mendigos no tienen que ser necesariamente españoles, sino que también podrían ser indios, africanos o americanos). El truco están en que este grupo es lo suficientemente poderoso desde un principio como para mantenerse a si mismo y reaccionar ante la diferencia de una manera u otra. La base científica de todas las implicaciones de no dormir como panacea universal es bastante discutible -recientes estudios tratan de demostrar precisamente la relación entre sueño, aprendizaje y procesamiento de información y apuntan hacia la necesidad biológica del sueño para llevar a cabo estos procesos.
El personaje conductor, Leisha Camden, será terreno neutral: se implica, analiza, toma partido pero no se radicaliza en ningún momento. Esto lleva a la situación central de la novela "de neutralidad" en la que equidista de los otros lados del triángulo: el insomnismo radical que plantea la creación de un estado soberano Insomne hasta sus últimas consecuencias, una especie de Israel que comienza en la Tierra y luego es llevado al espacio (otro de los personajes) y el humano que explota la situación económica e ideológicamente para su provecho, aun sabiendo que los insomnes le sobrevivirán tanto como entidades biológicas como corporativas. Es en este punto central de la novela donde se manifiestan claramente todos los temas básicos de la novela en lo que se refiere al punto de la minoría amenazada/rechazada/perseguida y se exploran casi todos los caminos que son frecuentes que aparezcan en este tipo de situaciones.
Pero hay más. El título de la novela es en realidad una brillante declaración sobre el poder y la responsabilidad que conlleva a un estatus superior, y es en la resolución del problema planteado al principio (¿qué hacer cuando tú tienes y los demás no, implicarte o decidir que no es tu problema?) donde la novela es realmente brillante. Y a través de los ojos de Leisha Camden vemos como el olvidarse del problema, o incluso tenerlo presente pero no buscar un compromiso conduce al desastre. Los insomnes de Sanctuary se olvidan o pretenden renegar de su compromiso y son derrotados por su falta de compresión del problema cuando ellos mismos producen un tercer grupo social que se siente marginado (los superinsomnes) por el peso específico de la sociedad insomne de la misma manera que los insomnes se sienten marginados por la sociedad durmiente. En una brillante vuelta al círculo, los niños superinsomnes retoman como estandarte el problema de los mendigos en España redefinido otra vez completamente el problema y demostrando que el problema es un asunto de punto de vista. Así la novela presenta el problema desde los humanos normales (los mendigos del título), los insomnes (los que pueden dar limosnas) y los superinsomnes (los nuevos mendigos de una sociedad que teóricamente no tienen mendigos). Si bien la solución que los humanos normales han hallado por ellos mismo es poco halagüeña, es una solución que evita el conflicto, tal y como se observa en la entrevista que el joven durmiente hace a la protagonista insomne. La tercera parte es la realmente brillante y más hermosa de la novela, donde los personajes ven como su obsesiones y problemas largo tiempo irresueltos se combinan para ofrecer, si no una solución a su problema, ese compromiso que es la base de toda existencia en sociedad. La vuelta completa de círculo se cierra cuando los superinsomnes aprenden a soñar de nuevo de la mano de un humano (pero un humano que no es en absoluto normal) y de esta forma reivindican como parte suya lo que sus mayores habían rechazado como parte del estado y problema de pertenecer a la categoría de mendigo de mendigo, y por ende, sin valor.
Y es que los sueños también parecen tener la capacidad de resolver problema, aunque las relaciones entre seres inteligentes no sean el modelo atómico de Bohr o la estructura del benceno.