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COMENTARIOS APARECIDOS SOBRE ESTE VOLUMEN
(Comentario de Ignacio Romeo publicado en el volumen Tránsito boletín informativo 6, ediciones Tránsito, colección Boletín informativo, número 6, edición de 1987. Derechos de autor 1987, Ignacio Romeo)
Ian Watson es un escritor duro, que no tiene compasión con los pobres cerebros de sus lectores. En sus libros, les plantea problemas insolubles que no pueden dejar de leerse porque ¿quién renuncia a saber como acaban estos líos? Imaginen, como quiere el autor, que una astronave llega a un cierto planeta donde se encuentra con el paisaje y los personajes transformados en los del tríptico de Jerónimo Bosch que se llama, justamente, El jardín de las delicias. Indudablemente esto se debe a que ha habido un aterrizaje anterior, del cual tienen que derivarse el aspecto y la población del planeta. El que conozca la pintura recordará que en ella se encuentra prácticamente de todo, incluso, si la memoria no me falla, el codex gluteus, que es un acorde musical escrito sobre la nalga desnuda de uno de los ciudadanos de este curioso tríptico. Al parecer en este planeta hay un dios que es omnipotente y el autor de este desbarajuste, pero que no es omnisciente: es un dios ignorante que extrae sus ideas de las personas que tienen la mala fortuna de llegar al planeta. Y nuestros protagonistas, pasando todo. El tríptico, como indica su nombre, tiene tres partes. Del Jardín se pasa al Infierno gracias a los buenos oficios de un león que se los cepilla como es debido. Y del Infierno pasan al Edén a través del tracto digestivo del demonio. !Todo, todo está, y con todo detalle en la pintura del Bosco¡ De este potaje hubiera podido salir un bodrio impresionante, pero Ian Watson es un escritor que sabe lo que hace y lo hace muy bien. Libro bien escrito pero no fácil de leer (recuerden Empotrados) al final las cosas se explican más o menos. Para concluir, es un libro de lectura recomendable, sobre todo para los fuertes de corazón y cerebros acorazados.
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