COMENTARIOS APARECIDOS SOBRE ESTE VOLUMEN

(Comentario de Joan Carles Planells publicado en el volumen Tránsito 12, ediciones Tránsito, colección Revista, número 12, edición de 1984. Derechos de autor 1984, Joan Carles Planells)
La primera impresión al leer El sótano es de que se trata de la habitual novelización de alguna película barata, debido a la carencia total de estilo y a la sequedad narrativa, casi aséptica, que demuestra el autor. Pero resulta que no, que de novelización nada y que según una mente preclara de cuyo nombre no deseo acordarme, "Richard Laymon es actualmente uno de los grandes descubrimientos de la moderna literatura de terror", lo cual, a falta de otra cosa. a mí me llena de terror.
En la novela -por llamarla de algún modo-, se narran dos acciones paralelas (truco que repetirá en la próxima Las luces están apagadas): una la fuga de una madre y su hijita, cuyo marido y padre respectivamente es un furioso violador de tiernos infantes.
La otra, la venganza particular de un hombre que recluta a una especie de asesino a sueldo para que mate a una bestia que se oculta en una casa de los horrores cuyos propietarios exhiben tal mansión ante visitantes ávidos de morbosas sensaciones. Las dos acciones se unen y finalizan tan deplorablemente como era de esperar culminando además en un epílogo decididamente imbécil, cuando no inepto. Profusión inmensa de diálogos (a falta de otra cosa) y narración lineal que ni se ocupa de los personajes o de lo que piensan, sólo de si se abren puertas y se cierran, se sientan o se levantan, comen o beben, etc. etc. Una "joya", vamos.