CONTENIDO LITERAL

("Presentación", artículo de Miquel Barceló. Derechos de autor 1987, Miquel Barceló)

Card es uno de los nuevos autores de la ciencia ficción americana que han surgido con fuerza a finales de los años setenta. El estilo que ha caracterizado su obra es el tono intimista y poético de sus relatos sobre temas relacionados con el arte, de los que son tan buen ejemplo los ya conocidos en castellano: La casa del canto y Sonata sin acompañamiento. Se trata, con casi toda seguridad, de los más claros exponentes de su habilidad a la hora de tratar los temas emocionales y de cierto contenido moral, orientados esta vez hacia el tema del arte musical.
En este panorama, El juego de Ender representa una novedad clara y, en cierto modo, un desafío. El tema central de dicha novela (tal y como aparece en una lectura superficial) es un cliché ya viejo en la ciencia ficción: la formación militar de un cadete espacial. Pero el tratamiento es radicalmente distinto del que se ha hecho clásico en manos de autores como Heinlein (Tropas del espacio) o Harrison (Bill, héroe galáctico), por poner algunos de los ejemplos que acuden más rápidamente a la memoria.
El eje central de El juego de Ender es la formación de la mentalidad de un líder. Card rehuye el esquema clásico de tipo autoritario, y centra el tema en la capacidad empática para comprender y dirigir los recursos, esencialmente humanos, que un líder debe manejar con soltura. Se trata, por lo tanto, de una novela que, aun atendiendo a los detalles de la formación militar y estratégica, se recrea en la componente psicológica de la formación de la personalidad del joven Ender.
En la novela, la Tierra se ve amenazada por una raza extraterrestre que se comunica telepáticamente y considera no tener nada en común con los humanos, a los que quiere destruir. Para vencerles es necesario un genio militar y por ello se ha permitido el nacimiento de Ender que es, en cierta forma, una anomalía viviente, al ser el tercero de los hijos de una pareja, en un mundo que ha limitado estrictamente a dos el número de descendientes. A la habilidad en el tratamiento de las emociones que es habitual en Card, se une aquí el interés por la utilización de simulaciones de ordenador y juegos de fantasía en la formación militar, estratégica y psicológica del protagonista.
De la calidad del tema y su tratamiento nos habla el hecho de que tras su aparición en 1977, en forma de novela corta, se galardonara a Card con el Campbell Award de 1978 para el mejor autor novel. Se trata también de una novela popular, pues recibió el premio Hugo de l986 votado por los fans asistentes a la 44 Convención de ciencia ficción que tuvo lugar en Atlanta (Georgia) a finales de agosto de dicho año.
Pero, además de ser popular, la novela ha sido también premiada por su calidad intrínseca, apreciada entre profesionales, como lo demuestra el premio Nebula a los libros publicados en 1985, otorgado por la Science fiction writers of America por votación entre sus miembros.
Por si ello fuera poco, cabe también destacar El juego de Ender por la aparición de un personaje: "Ender" Wiggin, cuyas aventuras continúan en la siguiente novela de Card: La voz de los muertos, que parece estar francamente muy bien colocada como candidata a los premios Nebula y Hugo de este año. Si se alzara con alguno de ellos, por primera vez en la historia de la ciencia ficción un autor obtendría alguno de dichos premios en dos años consecutivos. La primera incógnita se desvelará el dos de mayo, fecha en la que se conocerán los Nebula, para los cuales La voz de los muertos ha obtenido ya 56 nominaciones ante las 32 de su inmediato seguidor.
En cualquier caso le tendremos pronto en esta misma colección.